lunes, 28 de julio de 2008

MERCENARIOS EN MEXICO

Mercenarios en México
jorge carrasco araizaga
México, D.F., 18 de julio (apro).- La inseguridad pública, la delincuencia organizada y la “guerra global contra el terrorismo” ha generado un gran negocio en México para empresas extranjeras privadas de carácter militar y de seguridad, integradas por exuniformados o paramilitares.

A mediados de la década pasada, proliferaron en el país extranjeros expertos en negociaciones y rescate para hacer frente a la ola de secuestros que afectó, en gran medida, a empresarios en distintas partes del territorio.

Llegaron exagentes del Mossad –el servicio de inteligencia de Israel–, excombatientes de Estados Unidos, exintegrantes del FBI o del Servicio Secreto estadunidense, militares retirados de Gran Bretaña, Rusia, Francia e incluso exuniformados colombianos que se presentaron como expertos para asesorar a los afectados y a las propias autoridades federales y locales.

El descontrol de la delincuencia organizada y el discurso dominante sobre las amenazas terroristas han dado paso en México a la llegada de más extranjeros, pero esta vez expertos en tortura y en otras prácticas degradantes.

La revelación de la decisión tomada por el alcalde panista de León, Vicente Guerrero Reynoso, de contratar cursos de tortura para agentes del Grupo Especial Táctico de la Policía Municipal, documentó de qué manera en México se están asentando grupos de mercenarios.

El caso ahora está en manos de la Comisión Nacional de Derechos Humanos, cuyo presidente, José Luis Soberanes, está a prueba respecto a su verdadero ánimo de defensa de la dignidad humana.

Aunque sólo está en condiciones de emitir una recomendación, su investigación tiene que dejar en claro que el gobierno local de León contrató a un grupo de mercenarios extranjeros para preparar a los policías municipales en la violación a los derechos humanos de la población.

Una investigación del reportero Kristin Bricker, colaborador de The narcosphere, asegura que la empresa contratada por el gobernante panista se llama Risk Incorporated, con sede en Miami.

De acuerdo con el periodista, los instructores eran un inglés identificado como Jerry Wilson, que entre 1988 y 1993 habría servido a la armada de Gran Bretaña, y con un destacado desarrollo en operaciones antiterroristas en Irlanda del Norte, además de haber recibido entrenamiento de las Fuerzas Especiales de la Armada de Estados Unidos.

El caso del segundo instructor es todavía más grave. Al parecer se trata del cubano “Jerry” Arrechea, un especialista en artes marciales que, de acuerdo con la versión, pertenece a la organización terrorista anticastrista Comandos F4, con base en Miami. Arrechea sería el hombre de la organización en México.

La llegada de extranjeros con semejante perfil no para en León. Hace poco más de un año, la empresa estadunidense SY Coleman lanzó una convocatoria para contratar a exmilitares estadunidenses con experiencia internacional en la vigilancia de instalaciones estratégicas en el estado de Veracruz.

Ni Pemex ni la Comisión Federal de Electricidad admiten haber contratado a esa empresa que es subsidiaria de L-3 Communications, empresa de seguridad y militar privada que participa en la construcción del muro en la frontera de México con Estados Unidos.

Fuera de las pugnas internas, como ocurrió en el caso de León, o de información llegada desde el exterior, no hay manera de saber cuántos y dónde están actuando estos grupos, al amparo no sólo de empresas privadas, sino de autoridades que utilizan recursos públicos para contratarlas.

jcarrasco@proceso.com.mx