lunes, 24 de enero de 2011

Memoria de químicas



Universidad Autónoma de Chihuahua
Chihuahua, México, 2010

Ya alborea,
en los campos de cebada
un verdor tiembla
ONITSURA



Prólogo

Como este es un libro de memorias, este prólogo
será el relato de nuestra charla en la
mesa de redacción, al cierre de este lindo libro que
se llama Memorias de químicas. Decidimos escribir
fragmentos de nuestra conversación, en los que
el tema sea precisamente el de nuestro trabajo en la
compilación y edición, que tanto hemos venido disfrutando.
La letra s. minúscula corresponde los textos
de Silvia; la j. los de Jesús.
j. Vi que trabajaste muchas horas, pero que tus
colegas te respondieron con rapidez y muy animadas.
Reuniste los textos más pronto de cómo suele
suceder en este tipo de libros colectivos, donde hay
que andarle dando carrilla a todo mundo.
s. Como las conozco, no esperaba menos. Desde
que surgió la idea de dejar testimonio escrito de lo
que fue nuestra vida estudiantil y académica en el
edificio de la Facultad en el campus antiguo, no hubo
rechazo. Hubo entusiasmo.

j. Una de las particularidades de esta obra, es que
reuniste solo textos de autoras mujeres. ¿Por qué?
s. Fueron las que dieron respuesta. Yo invité a
muchos.
s. Quiero comentarte que la idea de este libro es
colectiva: surgió a raíz de que en el programa de la
XXXIV SEMANA DE QUÍMICA estaba incluido un acto
llamado “Despedida a las instalaciones de la Facultad
de Química en el viejo campus”, ya que ahora la
facultad estrenó su nuevo edificio en el campus II.
Para participar en esa despedida, una de nuestras
acciones fue iniciar este proyecto de escritura.
j. Me parece muy hermoso y original que a una
comunidad de científicos se les ocurra escribir un
libro de relatos y que se exprese tanta calidez, alegría
y nostalgia en esos textos. El ambiente en Química
es más parecido a los de escuelas humanísticas
como Bellas Artes y Filosofía y Letras.
s. Tanto con egresados como entre los compañeros
maestros reina la camaradería, la confianza y
la amistad, es relativamente fácil llevar a cabo un
proyecto como este. Agrégale a esto el gran cariño
que se le tiene a la facultad; y aquí tienes los resultados.
j. Una de las cosas que me parecieron más atractivas
en el estilo de este libro fueron las personalidades
diversas que se manifiestan entre las once
autoras: como ejemplos, la alegría casi de niña de
quien recuerda su vida estudiantil: “yo era conocida
como la niña del chicle”; la delicada mezcla de ironía
y nostalgia: “...y hasta nos daban $40 a cada uno
para comer, ¿cómo la ven?”; o esta otra donde se
relata que con el propósito de juntar recursos económicos
para viajar, lavaban carros “en el estacionamiento
del centro comercial más cercano (je, je
el único)”; o la notable capacidad de síntesis de
quien hace un relato “de mi carrera en mil palabras”.
La verdad que para mí como editor resultó un libro
muy atractivo y lleno de gracia.
s. Es realmente emotivo conocer los sentimientos
de las personas, sus recuerdos, nostalgia y episodios
de la vida estudiantil. En esa etapa todos somos
auténticos y amamos los espacios, tal vez porque
en ellos se dieron las situaciones y como comenta
una autora “creo que aún siendo solo cemento
y ladrillo, esas paredes serán el resguardo de
emociones, conocimientos, experiencias, risas, tristezas,
en fin”. Otra autora ingresa a Química sabiendo
que esa era su vocación, pero dice: “más lo supe
el día que conocí a los microorganismos”. Ese día
supo que su pasión serían los bichitos, como cariñosamente
los llama.
El recordar con nostalgia a los maestros: “y valoro
aquella relación tan cercana de maestro-alumno
donde el respeto y el afecto siempre estaban presentes”.
Cuántas historias de amor, recuerdos y vivencias
ahí. Otra autora: “vi encuentros y
desencuentros, desarrollarse a jóvenes que ahora son
reconocido profesionistas en la química y la ingeniería”.
“Éramos jóvenes y llenos de alegría y entusiasmo,
y este no estaba reñido con el trabajo y el
respeto”.
j. Pues esa es la esencia en la escritura de este
libro: el tiempo y la vida. Los espacios y las personas.
Esperemos que los lectores disfruten tanto su
lectura como nosotros disfrutamos la realización
de este cuaderno de recuerdos.SILVIA GÓMEZ BUENO Y JESÚS CHÁVEZ MARÍN

Anécdotas de mi paso
por la facultad de Química

por QUIM.EVANGELINA ALDANA ARRIAGA

En aquellos años la escuela de química no era
facultad, ni era nivel licenciatura, sólo era
nivel técnico.
Yo contaba con 17 años de edad cuando esto sucedió,
era el año 1968, un año lleno de cambios, de
múltiples manifestaciones por todo el mundo y en
especial el año de las olimpiadas en México, pero
también el año más triste para la historia con la tragedia
de aquel movimiento estudiantil que costó tantas
víctimas.
Recuerdo muy bien los detalles de la diaria convivencia
que teníamos los compañeros en especial
en los pasillos de aquel viejo edificio, que en aquellos
años se llamaba el paraninfo universitario en el
que se llevaban acabo múltiples eventos culturales,
a los cuales siempre entrábamos de trampa sin pagar,
a veces en algunas ocasiones los mismísimos
actores nos invitaban a pasar, en especial recuerdo
muy bien a los señores Aarón Hernán e Ignacio
López Tarso.
Como compartían el edificio dos escuelas, tanto
nosotros como la de contabilidad y administración,
el ir y venir de estudiantes era constante y por lo
tanto mucho ruido en los pasillos donde se contaban
los últimos chismes y chistes, que provocaban
tremendas carcajadas retumbando por todo el edificio
en los intermedios de cada clase, con decirles
que en los patios también nos poníamos a jugar
voleibol y ya se imaginaran los gritos que se escuchaban.
Hay varias anécdotas que se me vienen a la mente,
yo era conocida como la niña del chicle, una de
ellas era la que viví con el maestro Grajeda (q.e.p.d.)
de laboratorio de análisis cualitativo, se ponía en la
puerta y cuando yo pasaba ponía la mano para que le
diera el chicle y nomás movía la cabeza en total desaprobación.
Otra de la que recuerdo es del cómo era muy
platicadora y buena para reírme a carcajadas.
Entonces los maestros, cuando pasaban lista me
decían, ya ni diga presente, ya escuché su risa. También
recuerdo perfectamente al ing. Fernando Curiel
(q.e.p.d.) que nos daba química orgánica, era tan estricto
en su clase que alumno que no trajera la tarea,
no diera la clase, si alguien tronaba la materia o llegaba
tarde a su clase, nos repetía hasta el cansancio
si no pueden con la materia dedíquense a vender
pepitas en la calle, pues les irá mejor que aquí.
Como en ese entonces se estaba llevando a cabo
el cambio de nivel técnico a licenciatura, los que
sólo llevábamos secundaria, pues tuvimos que regularizarnos
con el bachillerato de ciencias biológicas
y claro, nos la pasábamos en la escuela prácticamente
todo el día, comiendo casi a diario, caldo
de pollo con menudencias, que era lo más barato
que podía pagar, al menos en mi caso.
Recuerdo también que cuando teníamos muchos
recesos o los maestros faltaban nos metíamos al
cine que teníamos enfrente, el “Olimpia Vistarama”,
y solo pagábamos una cantidad mínima al portero y
entrábamos en bola más de 20.
Lo más triste que recuerdo es que en el año 69
mi madre cayó enferma de cáncer y ese mismo año
se me fue.
Reprobé el año por faltas ya que siempre llegaba
tarde a la clase de 7 a 8 de la mañana precisamente a
la del ing. Curiel, pues me desvelaba cuidando a mi
madre, haciendo cosas de la casa, tareas, en fin; y a
veces me quedaba dormida y como yo nunca quise
justificarme del por qué llegaba tarde, pues me fue
mal y tuve que repetir año, solo por una materia,
que en esos años si no estabas limpio, no pasabas al
siguiente nivel y ese es el único recuerdo ingrato
que tengo de ese año.
Después de superar la etapa dolorosa, llegamos
a las etapas felices de los viajes de estudio a diferentes
destinos entre ellos Querétaro, Celaya,
Monterrey, Veracruz, disfrutándolos al máximo.
En este último recuerdo que nos tocó un norte,
estábamos hospedados en un hotelito a la orilla del
mar, esa noche nadie durmió, el mar rugía con todas
sus fuerzas y el viento azotaba puertas y ventanas
del hotel haciendo un ruido espantoso. Creíamos
que nos iba tragar el mar.
Otra anécdota que nos pasó ahí, fue que buscando
un lugar barato para comer, pues llevábamos poco
dinero en nuestro bolsillos, al fin encontramos un
lugar donde podíamos comer chiles rellenos y frijoles
negros y le entramos con ganas, nuestra sorpresa
fue cuando nos dimos cuenta que eran chiles
jalapeños con un poquito de queso, en definitiva nos
dimos una buena enchilada por muy poca lana.
Ya cuando estaba en el segundo año de la carrera,
tuve la oportunidad de trabajar haciendo suplencias
en periodos vacacionales en una fábrica de galletas,
harinas y pastas para sopas como analista de control
de calidad. Me sirvió mucho para poner en práctica
lo que en teoría estaba aprendiendo, tuve dos
periodos de vacaciones haciéndolo.
Después de esta experiencia, mi entusiasmo por
la carrera que había elegido me hizo ser más constante
en el estudio y buscando siempre oportunidades
de seguir trabajando a nivel industrial, y afortu
nadamente de nuevo, surgió la oportunidad en una
industria de embutidos en la cual fui llamada para
cubrir suplencia por vacaciones, también en el laboratorio
de control de calidad. Era tan variable el
trabajo, tan interesante que el tiempo se pasó volando.
Ya estando por iniciar el ciclo escolar de ese ultimo
año, para mi sorpresa fui nuevamente solicitada
para cubrir el puesto del cual había suplido ese
mismo verano, porque quedó el puesto vacante y
necesitaban a alguien que conociera el producto.
El tomar la decisión de quedarme, era que perdería
todas las horas clases y sólo pagaría materias
lo cual me parecía muy pesado estudiar y trabajar al
mismo tiempo pero acepté, claro, haciendo el trámite
ante las autoridades respectivas. Esta fue resuelta
por el jefe de producción de la empresa, que
a su vez era maestro de la escuela.
Esto generó polémica entre mis compañeros de
mi grupo ya que yo no era de las alumnas que sacaba
altas calificaciones y se preguntaban por qué me
elegían a mí.
Fue cuando me di cuenta que la decisión que tomé
me iba a costar lágrimas ya que desde las 6 de la
mañana tenía que estar en pie para poder llegar a
cumplir el horario establecido que era de 8 a 4 PM.
Luego de ahí, correr con alguna compañera/amiga
para que me prestara los apuntes, tareas y prácticas
que en el último año siempre son las más.
Así me la llevé el último año y logré obtener
como promedio 8 de toda la carrera.
Para mí valieron la pena todos los esfuerzos realizados
y lo más importante: la experiencia que adquirí
de todo aquello.
A punto ya de poder realizar mi curso de posgrado
para titularme me encontré con la sorpresa que mis
compañeros no me avisaron con tiempo el inicio
de este y perdí horas clase, lo cual me bastó para
que me negaran el acceso a tomarlo.
Puse mi queja con el que era director, explicándole
los motivos, entre ellos lo de mi trabajo y nada
valieron mis argumentos, su respuesta fue tajante.
Me dijo,” usted prefirió trabajar por ganar dinero y
descuidó sus clases, era su obligación estar enterada
y ser puntual”, hasta cierto punto tenía razón.
Por esa causa tuve que realizar un trabajo de tesis
en el “Rancho Experimental la Campana” que
afortunadamente me abrió las puertas, en esa entonces
dependencia federal del Instituto Nacional
de Investigaciones Pecuarias de la Secretaria de
Agricultura y Ganadería.
Esto me sirvió para poder trabajar de tiempo
completo, aparte de concretar mi tesis, que me llevó
un año realizarla y darle el enfoque químico y
agropecuario. Tuve la responsabilidad de crear el
laboratorio de nutrición animal y manejo de
pastizales sin tener conocimiento de ello, pero nada
es imposible, todo se aprende y fue otro reto para
mí.
Logré mi objetivo y duré 5 años en este trabajo
como responsable del laboratorio y como coautor
de todos los experimentos que se llevaban a cabo
por mis compañeros de todas las especialidades que
eran, desde médicos veterinarios, ing. agrónomos
zootecnistas, biólogos entre otros.
Finalmente me titulé por unanimidad ganándome
el reconocimiento de todos mis sinodales.
El mismo trabajo de tesis, pero ya en el enfoque
agropecuario fue la prueba más difícil para mí, ya
que era exponerlo en la reunión anual que se llevaba
a cabo cada año en la ciudad de México ante todos
los profesionales de diferentes áreas de centros
experimentales de todo el país. Como me preparé
muy bien logré mi objetivo sin problemas.
Como mi trabajo era de investigación se requería
siempre que estar actualizado y sin horario, me
enviaron por un período de tres meses a un curso de
digestibilidad in Vitro a la ciudad de México.
Regresé y llevamos a cabo diferentes experimentos
con las técnicas aprendidas.
Terminados los experimentos me asignaron al
estado de Sonora para un trabajo conjunto de investigación
de manejo de pastizales y estudio de comportamientos
de algunas especies de gramíneas en
el cual permanecí por espacio de un año.
Como el clima de Sonora es muy caluroso me
afectó mucho y solo pude resistir un año y me regresé
a mi tierra renunciando a mi trabajo.
No tuve tiempo de unas merecidas vacaciones,
ya que tuve otra oportunidad de trabajo en la entonces
empresa llamada Uramex, donde se trabajaba en
yacimientos radioactivos.
Trabajé en el área de radiometría, difracción y
fluorescencia de rayos X por espacio de 5 años hasta
que la empresa cerró y nos liquidaron a todos.
Otra oportunidad de trabajo se me presentó en el
Instituto de Nutrición, el ahora ICHISAL, en el laboratorio
de nutrición, trabajando en un programa
de prevención de infarto para gente que tiene una
vida muy sedentaria.
De ahí surgió otro proyecto de trabajar con residuos
de pesticidas en cereales en conjunto con
Conasupo de aquel entonces y me fui a capacitar en
esta área con la Dra. Margarita Escobedo G,. Dra.
en bioquímica y Premio Nacional de Investigación
de la Soya, maestra y jefa del laboratorio de
bioquímica de la Facultad de Medicina de la U.A.Ch.
Hasta ahí llegué ejerciendo mi carrera como química
de tiempo completo.
Me casé, tuve dos hijos y me dediqué a ellos por
espacio de 4 años, Regresé a trabajar pero en otra
área completamente distinta a mi carrera, que me
permitiera seguir atendiendo a mi familia, la cual
también me llenó de satisfacción profesional y personal.

domingo, 23 de enero de 2011



"La misma palabra 'secreto' es repugnante en una sociedad libre y abierta, y nosotros somos, como personas, inherentemente e históricamente opuestos a las sociedades secretas, a los juramentos secretos y a los procedimientos secretos."

"Tenemos la oposición alrededor del mundo de una conspiración monolítica y despiadada, que confía sobre todo en los medios secretos para extender su esfera de influencia, a través de la infiltración, en lugar de la invasión, a través de la subversión, en lugar de elecciones, con intimidación, en vez de opción libre, con guerrillas por la noche, en lugar de ejércitos de día."

"Es un sistema que ha reclutado extensos recursos humanos y materiales en la construcción de un tejido hermético, una máquina altamente eficiente, que combina operaciones militares, diplomáticas, de inteligencia, económicas, científicas y políticas."

"Sus preparativos son encubiertos, no publicados. Sus errores se entierran, no se anuncian como titulares. Sus disidentes son silenciados, no elogiados. Ningún gasto se cuestiona, ningún rumor se imprime, ningún secreto es revelado."

NO TE AFERRES A NADA


No te aferres a nada. Lo que tengas, cuídalo, disfrútalo; pero no te aferres.
Aprende a soltar las cosas para que cuando ya no estén en tu vida, no sufras ni te lastimes.
Así como nosotros, todo tiene un ciclo de vida.
De todo aquello que no podemos soltar no somos sus dueños, sino sus esclavos.
Todas las cosas son temporales y tenemos capacidad para seguir viviendo aún sin ellas.
¿Cuantas cosas habrá dentro de tu placard , de tus armarios o baúles viejos que seguís guardando por las dudas , pero que sabemos que ya no lo necesitamos mas.
Y así innumerables cantidad de objetos que no necesitamos , pero que guardamos por las dudas .
Por eso comencemos a dar, tenemos que desarrollar el placer de dar por dar.
Comencemos a soltar . Y aquello que tengas miedo de perder, es lo primero que tenés que soltar.
Sólo cuando tires lo viejo, darás lugar a lo nuevo.
Y lo mismo sucede con las emociones.
Cuando permitas que los sentimientos que te lastimaron salgan de tu vida, la mejor gente y los mejores momentos estarán por venir.

Bernardo Stamateas.

CON LA VARA QUE MIDAS SERÁS MEDIDO


"CON LA VARA QUE MIDAS SERÁS MEDIDO"
Nadia Kabande Toledo.

Hace tiempo leí un texto el cual mas que grabado en mi mente
me hizo reflexionar, pero sobre todo tomar conciencia de la
importancia del testimonio que damos con nuestras acciones
a quienes nos rodean, sobretodo a nuestros hijos.
El texto decía así :

Un día un señor ya grande solo, cansado, decidió buscar a
su único hijo para ir a pasar sus últimos días con él y su familia
en busca de cariño y comprensión. El señor esperaba que su
hijo lo recibiera con los brazos abiertos; el hijo al ver que deseaba
su padre comenzó a decirle que en su casa no tenía lugar y espacio
para él, así como tampoco lo aceptaría su nueva familia.
Finamente el hijo aceptó que su padre se quedara un tiempo en el
cuarto de la servidumbre solo durante un tiempo.
Éste llamó a su hijo de ocho años de edad le pidió que le trajera a su
abuelo una vieja cobija . El niño tardaba tanto que fue a buscarlo, estaba
cortando la cobija en dos partes, su padre enojado le pregunta que estaba
haciendo, porque cortaba en dos partes la cobija? al cual el niño respondió:
Para guardarte la mitad de ella para cuando seas viejo y vayas a mi casa a ver
en que lugar te pondré.

Hoy en día la mayoría de los hijos optan por llevar a los
padres a un asilo o lugares similares diciendo que están mejor "atendidos"
Un anciano , no debe ser una carga para los hijos, estamos conscientes
que ya no cuentan con la misma capacidad, habilidad y fuerza que un adulto
o un niño pero siguen siendo seres humanos los cuales requieren de nuestro
respeto atención comprensión y cariño.

No olvidemos que antes de tener o ser novio (a), esposo (a) hijo (a) tuvimos
padres y que si somos lo que somos y seremos mañana se lo debemos a ellos
mismos con la educación y el tiempo que nos dedicaron y que tarde o temprano
nosotros también llegaremos a la tercera edad.

PD :Las personas aprenden a ser hijos sólo después de ser padres
y aprenden a ser padres después de convertirse en abuelos... en fin....

elegía para ti y para mi" de Jose Angel Buesa


Yo seguiré soñando mientras pasa la vida,
y tú te irás borrando lentamente de mi sueño.
Un año y otro año caerán como hojas secas
de las ramas del árbol milenario del tiempo,
y tu sonrisa, llena de claridad de aurora,
se alejará en la sombra creciente del recuerdo.

Yo seguiré soñando mientras pasa la vida,
y quizá, poco a poco, dejaré de hacer versos,
bajo el vulgar agobio de la rutina diaria,
de las desilusiones y los aburrimientos.
Tú, que nunca soñaste mas que cosas posibles,
dejarás, poco a poco, de mirarte al espejo.

Acaso nos veremos un día, casualmente,
al cruzar una calle, y nos saludaremos.
Yo pensaré quizá: "Qué linda es todavía."
Tú quizá pensarás: "Se está poniendo viejo"
Tú irás sola, o con otro. Yo iré solo o con otra.
o tú irás con un hijo que debiera ser nuestro.

Y seguirá muriendo la vida, año tras año,
igual que un río oscuro que corre hacia el silencio.
Un amigo, algún día, me dirá que te ha visto,
o una canción de entonces me traerá tu recuerdo.
Y en estas noches tristes de quietud y de estrellas,
pensaré en ti un instante, pero cada vez menos....

Y pasará la vida. Yo seguiré soñando;
pero ya no habrá un nombre de mujer en mi sueño.
Yo ya te habré olvidado definitivamente
y sobre mis rodillas retozarán mis nietos.
(Y quizá, para entonces, al cruzar una calle,
nos vimos frente a frente, ya sin reconocernos.

Y una tarde de sol me cubrirán de tierra,
las manos para siempre cruzadas sobre el pecho.
Tú, con los ojos tristes y los cabellos blancos,
te pasarás las horas bostezando y tejiendo.
Y cada primavera renacerán las rosa,
aunque ya tú estés vieja, y aunque yo me haya muerto.