martes, 29 de abril de 2008

PERIODISMO EN LA SANGRE






Mónica González, Periodista
Nos parece que es la mejor forma de presentarla. Esta mujer de 57 años, mirada poderosa y hablar claro y directo, es una periodista en sentido nato. Un desayuno fue suficiente para darnos cuenta porqué González fue injustamente perseguida, maltratada y encarcelada por el régimen pinochetista. Pero también porqué fue multipremiada. Su historia sintetiza el compromiso por la búsqueda de la verdad, en definitiva la única forma que existe de ser consecuente con la naturaleza misma de la profesión.


Mario Albera.

Mónica González Mujica es pura fibra.

Sus ojos claros se encienden cuando habla, sus manos acompañan la palabra y todo su cuerpo parece interpelarlo a uno . Es una mujer que transmite fuerza, temperamento, y sobre todo, disfrute por lo que hace. Decir que lleva el periodismo en la sangre, es tan cierto como que es un lugar común decirlo. Los premios y la trayectoria lo acreeditan. Y sobre todo una vida agitada, con un pasado de persecuciones, encarcelamientos, exilio, atentados contra su vida; todo por buscar y difundir la verdad.

Pero me gustaría destacar algo de esta hija de un ferroviario: su humildad y sensibilidad. Trata a uno como a un igual. Es la impresión que me dejó tras compartir con ella y otros colegas de medios locales, un desayuno convocado por Fundación Avina. González habla claro, sencillo y directo, y cuando tiene que putear para subrayar algo, lo hace. Sin preámbulos ni falso pudor.

Para empezar a presentar a esta periodista chilena podría decirse que fue la que denunció y ayudó a esclarecer los crímenes de la dictadura pinochetista y la primera en demostrar el costado corrupto de la máquina homicida instaurada por el difundo dictador (Qué Dios no lo tenga en la gloria)

Fue ella, al regreso de su exilio en Francia, la que reveló la inmoralidad de un régimen que mientras secuestraba, torturaba y asesinaba a los disidentes políticos y los que no lo eran, construía fastuosas residencias en los barrios más selectos de Santiago de Chile con dinero público y en el marco de operaciones inmobiliarias nada santas. Su investigación fue profética, ya que años más tarde se confirmaría la fortuna que el dictador tenía depositada en cuentas del exterior.

González hoy disfruta de la comodidad del reconocimiento público. Es corresponsal de Clarín, en Chile; ha sido multipremiada; y ha logrado que un grupo empresario de comunicación apoye la creación de un centro de formación e investigación periodística, a su cargo. Todo un logro para alguien a quien el mundo de los negocios siempre miró con desconfianza, como un bicho peligroso para el sistema. "Era una roja para ellos", dice, en alusión al grupo Copesa (Consorcio Periodístico Chileno), que entre otras publicaciones edita el diario La Tercera. "Ellos confiaron en este centro", destaca.

Habla de la actualidad del periodismo. De lo mal que está repartida la torta de publicidad oficial en Chile -al igual que aquí- y de la profesión en sí. "El periodismo es más afecto a denunciar que a investigar", afirma. "En vez de denunciar al Estado porque un chico está en la calle, hay que tomarse el trabajo de ver porqué no funcionan las organizaciones que deberían ocuparse de la niñez", dice. Menos internet y notas por teléfono y más calle, es su lema.



González dijo en una entrevista que no eligió el periodismo por gusto sino como una necesidad para cambiar el estado de las cosas. Es decir, la pesadilla pinochetista. Le pregunto ahora si tiene nostalgia de ese periodismo militante. Me dice que no. "Tengo 57 años y no tengo ninguna nostalgia. Sólo sé que fui muy feliz como mujer en aquella época, que amé y fui madre intensamente, pero de ese periodismo no tengo ninguna nostalgia porque no estaba bien hecho. Era un periodismo odioso. Hoy día tengo la maravillosa posibilidad de hacer un periodismo punzante y agudo, sin ser odioso".

Fue varias veces encarcelada. Incluso quisieron atentar contra su vida. Leí, por ejemplo, que una bomba puesta en su vehículo explotó apenas terminaba de bajarse. Esas eran amenazas directas. Pero también hubo de las otras. Al regresar de su exilio y cómo no había espacio donde escribir libremente, mantenía a sus hijas trabajando de otra cosa -por caso, fue empleada de Falabella, la firma trasandina de artículos del hogar- y en todos terminaba siendo despedida por presiones ejercidas por los servicios de inteligencia del estado. Así que sabe lo que representan las marcas del pasado.

Le pido entonces una impresión sobre la actitud del presidente argentino Néstor Kirchner de apelar constantemente al pasado como recurso de acumulación de poder y si se quiere, como recurso electoralista. Aclarando, no obstante, que compartimos el impulso dado por esta gestión para que se investigue la verdad y se juzgue a los culpables que ejercieron terrorismo en nombre del Estado.

Dice González: "Es muy importante apelar al pasado, porque la memoria es importante, pero no para reivindicar los muertos que ya están muertos y no pueden reclamar más nada, sino para no volver a repetir los hechos. Pero creo que hablar del pasado sin hablar de los derechos humanos del presente, no tiene sentido. Si eres consecuente con tu discurso tienes que apostar a transformar las violaciones de los derechos humanos del presente. Eso significa atacar la pobreza, hacer un sistema que castigue a los violadores y abusadores de niños, hacer un sistema que castigue a los grandes golpeadores de mujeres, hacer un sistema que castigue a quienes engañan y trafican con los sueños de los trabajadores. Para mí los derechos humanos pasan hoy porque un trabajador tenga derecho al placer".

Me dice que el "modelo chileno", que tanto la centroizquierda como la centroderecha de nuestro país suelen poner como ejemplo a imitar, es ciertamente una farsa. Dice que es de "perversos" poner como ejemplo un modelo que polarizó la riqueza y que si bien tiene algunas políticas públicas que funcionan bien, la fiscalización de esas políticas es deplorable. "Hablan de las pymes y del modelo pyme chileno, y un día hice una investigación en donde demostré que es un modelo que se basa en la explotación del trabajador. Los trabajadores son mano de obra barata y los tienen hacinados", cuenta.

Cómo no le va a gustar ese modelo a la derecha -dice- "si no hay conflicto social". El sistema funciona con sus "cerrojos" a la perfección para mantener controlada la protesta social.

En un correo electrónico posterior a la publicación de esta nota, Mónica aclara: "No pienso que todo se esté haciendo mal en Chile. De hecho, el haber bajado la pobreza al 13,7% es un gran avance. El problema es que hay que dar el salto para atacar la pobreza dura (indigencia) y también para
mejorar la calidad de vida de los ciudadanos que sí se ha deteriorado mucho por las extenuantes jornadas de trabajo sin remuneración acorde. Son dos cosas dstintas, creo".

Sí destaca, al momento de comparar la transición democrática, que en su país ese proceso tuvo una sólida base institucional que sí faltó en el nuestro. "Argentina no ha sido nunca capaz de institucionalizar el proceso de transición, sus instituciones son cada día más débiles. Así, la democracia es absolutamente vulnerable, sobre todo para los derechos de sus ciudadanos. No entiendo cómo la clase política argentina no se aboca a solucionar un problema que la atañe como principal responsable", afirma crítica González.

Me quedo con tres reflexiones suyas vinculadas al periodismo:

- "Dicen que a los lectores hay que darles lo que piden. Con los años aprendí que hay que darles lo que piden, pero eso significa darles lo que no tienen ganas de escuchar". (En rigor, es de Álvaro Saieh, el empresario dueño de un grupo económico poderoso en Chile que tiene una empresa de medios de comunicación que edita los diarios La Tercera y La Cuarta y radios).

- "No hay que disculparse cuando se dice la verdad".

- "Ser periodista es desconfiar de todo"

Termina la charla. González nos da un abrazo cálido a todos y nos deja su dirección de e-mail para que la consultemos cuando la necesitemos.

Lo haremos.

lunes, 28 de abril de 2008

PREMIO NOBEL DE LA PAZ 1984


El arzobispo Desmond Tutu

El Reverendísimo Desmond Mpilo Tutu (Klerksdorp, Transvaal, Sudáfrica 1931) es un clérigo y pacifista sudafricano que adquirió fama internacional durante la década de 1980 a causa de su oposición al Apartheid. Tutu fue el primer sudafricano negro en ser elegido y ordenado como Arzobispo Anglicano de Ciudad del Cabo (Sudáfrica), y luego Primado de la entonces Iglesia de la Provincia de África Meridional (actualmente Iglesia Anglicana de África Meridional). Fue reconocido con el Premio Nobel de la Paz en 1984.

Se le adjudica la acuñación del calificativo Nación del Arcoíris para describir metafóricamente a la Sudáfrica posterior al Apartheid (en 1994 con el triunfo del ANC). La expresión se ha incorporado desde entonces para describir la diversidad étnica de Sudáfrica.

Biografía [editar]

Nacido el 7 de octubre de 1931 en la población sudafricana de Klerksdorp, emigró con su familia a los 12 años hacia Johannesburgo. Aunque quería ser médico, orientó su educación a la enseñanza debido a que su familia no podía pagarle estudios más costosos. Se licenció en 1953 en la Universidad Bantú de Pretoria, siendo posteriormente profesor de secundaria en el Instituto Bantú de Johannesburgo, donde estuvo hasta 1957. Aquel año dimitió de su cargo, denunciando la precariedad de la enseñanza para los negros. Continuó sus estudios de teología, y en 1960 fue ordenado sacerdote anglicano.

Entre 1962 y 1966 viajó a Londres donde recibió un master en teología, retornando posteriormente a su país. A partir de aquel momento realizó conferencias denunciando la precariedad de la situación de los negros en su propio país, y advirtiendo que la situación de cordialidad entre blancos y negros (basada en la sumisión de los segundos) podía estallar en cualquier momento. En 1972 fue designado vicedirector del fondo teológico de educación del Consejo Mundial de Iglesias, y a su retorno a Sudáfrica en 1975 fue ordenado obispo de la Iglesia de la Provincia de África Meridional, el primer negro en su historia.

Obra política [editar]

En 1976 se realizaron las emblemáticas protestas de Soweto contra la obligación del uso del Afrikaans como lengua de instrucción en las escuelas negras, convirtiéndose en una revuelta masiva nacional contra el apartheid, revuelta en la cual Tutu tomó parte activa, dando soporte al boicot económico internacional contra su país.

Obispo de Lesotho entre 1976 y 1978, fue nombrado ese último año Secretario General del Consejo Sudafricano de Iglesias, continuando así su lucha contra el apartheid con el acuerdo de casi todas las iglesias cristianas de Sudáfrica. Tutu abogó constantemente por la reconciliación entre todos los grupos implicados en el apartheid, denunció constantemente al gobierno blanco minoritario por su política racista contra la mayoría negra, pero también condenó a los grupos "anti - apartheid" que efectuaban o propiciaban actuaciones violentas y terroristas como el Congreso Nacional Africano y diversos grupos de extrema izquierda.

El 16 de octubre de 1984 le fue concedido el Premio Nobel de la Paz por su constante lucha contra el apartheid.

El 7 de septiembre de 1986 fue ordenado Arzobispo de la Iglesia de la Provincia de África Meridional , siendo nuevamente el primer hombre negro en conseguirlo, ocupando su cargo de Arzobispo de Ciudad del Cabo entre aquel año y 1996. Junto al fin oficial de la política de apartheid, Tutu fue nombrado director de la Comisión de Verdad y Reconciliación creada por el recién electo Presidente de Sudáfrica Nelson Mandela.

Actualmente forma parte de las 18 personalidades mundiales que dan apoyo a la Alianza de Civilizaciones. Es miembro del Comité de Honor de la Coordinación internacional para el Decenio de la no-violencia y de la paz.


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domingo, 27 de abril de 2008

ELEGIA EN EL DESIERTO








Micaela Solís: la voz contra la impunidad y el olvido


A poco más de diez años de haber escrito Elegía en el desierto In memoriam, seguramente uno de los libros de poesía más críticos y desgarradores que se hayan publicado hasta ahora sobre el asesinato de mujeres en Ciudad Juárez, Micaela Solís, su autora, desanda las motivaciones profundas y dolorosas que dieron pie a la escritura de este texto que, a la hora de su lectura, no sólo ha despertado la ira de grandes vendavales, sino ha cosechado la cólera gubernamental y el malestar de aquellos que, en nombre de la tragedia, levantan banderas políticas para su provecho personal.


Escribir sobre este tema, el de las muertas en Ciudad Juárez, sin caer en el uso del dolor, principalmente el de los padres y familiares más cercanos de las víctimas, implicó para Micaela Solís asumir el reto de una escritura surgida, según cuenta, de un hondo reclamo personal. Anteponer el valor de la ética, tan en desuso en estos tiempos, al ejercicio solamente estético de la creación literaria fue otro desafío que la autora pareciera haber ganado al hedonismo y a la autocomplacencia.





Micaela Solís, evoca la mañana gris en que despertó indignada frente a la imagen de la manita de una niña de nombre Cecilia, cuyo cadáver apareció tirado en un campo de fútbol en Ciudad Juárez, en un día, también, nublado, de febrero de 1997.


La fotografía a la que se refiere la autora, había aparecido en uno de los periódicos de circulación local y constituía entonces uno más de los tantos testimonios que no sólo revelaba la preeminencia de una realidad absurda, sino desnudaba la impunidad y el cinismo del gobierno de Francisco Barrio Terrazas, que durante su mandato, más de una vez, se refirió a este tipo de crímenes como una cuestión de desenfreno femenil y faldas cortas.


La manita frágil, que flotaba en la soledad baldía y cómplice del arenal, confrontó el trabajo poético de Micaela Solís: “Esa imagen brutal me cuestionó. Me obligó a preguntarme qué podía hacer yo, como poeta, como mujer, para denunciar una realidad horrenda que parecía imponerse cada día más”.


En esos momentos de cavilación profunda, Micaela encontró otra pieza de su desconcierto: la indiferencia de una sociedad que, aplastada bajo el peso de estos hechos atroces, parecía ceder a la tentación del silencio y la inmovilidad.


Después de vivir durante más de tres años en Ciudad Juárez, donde se dio “este síndrome”, como ella lo nombra, por su complejidad, Micaela supo que ya traía esa necesidad, esa desesperación, matiza, de expresarse, de protestar ante tanto horror, pero sobre todo ante tanta indiferencia.


“Decidí, entonces, --cuenta--, escribir algo que a parte de su valor poético constituyera un análisis de esta tragedia. Y para que un escrito contenga ese valor, pensé, debería ser algo profundamente crítico. Debería ser un texto de denuncia real. Algo que me plantee desde un principio fue que mi trabajo no fuera el resultado de un deshago personal ni visceral. En ese entonces, como ahora, pienso que un tema tan delicado como el de las mujeres muertas en Ciudad Juárez y otras partes del Estado no podía ser tocado más que desde la mira del verdadero compromiso y del respeto. Mi texto, entonces, por una cuestión de elemental ética, no solo tenía que partir de la autocrítica, sino tenía que asumir el costo del todo o nada”.


En este sentido, Micaela Solís, sentada al comedor de una casa clase mediera en esta frontera, donde se lleva a cabo la entrevista, agrega que el dolor y la rabia contenida la llevó a escribir un texto de mayor determinación.


“Me preguntaba a mi misma cómo podía entrarle, como podía cooperar. Bueno, se supone que yo escribo, que soy poeta. Y que el poeta, según lo concibo, debe ser la antena sensible de la sociedad. Por lo que este texto debería ser profundamente de denuncia. No podía ser de otra manera”.


Micaela dice que por la magnitud de la tragedia, “sabía que tenía que echarme un clavado a la mayor profundidad que pudiera en el horror“. “Tenía que aterrarme. Acercarme a sentir lo que estaba pasando en la vida de esta gente. Tenía que cimbrarme. Entonces me llené de imágenes. Por ejemplo --recuerda-- la película de Marlon Brando, Apocalipsis me sirvió mucho por la concepción tan clara del horror que tiene su director. Tenía que empezar, por un lado, por la nota amarillista del periódico que me indignó. Y, por otro, estaba obligada a retomar la indiferencia de la sociedad civil ante este tipo de hechos“.


Nacida en Gómez Farías, un pueblo agrícola del noroeste de Chihuahua, Micaela Solís es una mujer habitada de imágenes. Cuando el lector está frente a cualquiera de sus trabajos, inevitablemente pareciera que ve fragmentos dolorosos y encendidos de la realidad a través de la pantalla del cinematógrafo.


La autora señala al libro “Juárez, the laboratorio of our future”, del reportero norteamericano, Charles Bowden como uno de los materiales importantes que fueron de gran utilidad en el proceso de escribir la Elegía.


Prologado por Eduardo Galeano y Noam Chomsky, ciertamente el libro de Bowden causó gran expectación en el mundo por el valor testimonial de sus imágenes captadas por fotógrafos juarenses, quienes, impedidos por sus patrones, nunca pudieron ver publicado lo mejor de su trabajo en los medios locales para los que laboraban.


“Para mi fueron importantes las fotografías de ese libro. En Elegía escribo un poema sobre la máscara, que no es más que el rostro rígido y bello de una mujer ultrajada, asesinada, y abandonada en los arenales del desierto“, señala Micaela con sus ojos llenos de luz que se tornan más grandes o más pequeños de acuerdo al tamaño del sentimiento que en esos momentos recorre el corazón.


¿De que otra manera podía conmover el poemario Elegía en el desierto si su estructura no hubiera sido planteada por su autora como un recorrido a las profundidades del dolor?. Y ese dolor contado como es, lejos de la banalidad y el snob, contribuye a que el “aliento poético que sorprende y envuelve”, según señala Carlos Montemayor en el prólogo del libro, estruje el corazón, principalmente cuando la escritora se ocupa de leer su propio texto en algún evento público.


La autora cuenta que cuando empezó a escribir la Elegía entendió también que el compromiso de escribir sobre este tema la llamaba a la autocrítica. “Estaba obligada a auto criticarme. Porque si hago critica hacia algo tengo que empezar por mi misma. Por ello digo en el texto que se me cae la cara de vergüenza por no haber escrito antes. Por haber callado. Entonces no podía tampoco estetizar . Tenía que buscar un equilibrio. Es tan bondadoso hacer algo con el corazón que no te la acabas. Te retroalimenta de una manera tan profunda que ya quedas con esa línea de actitud ante el trabajo”


Una de las partes de su libro con el que Micaela siente mayor identificación es el poema que cierra la Elegía. En éste, la poeta se refiere a los cuerpos martirizados que yacen bajo sábanas blancas sobre la plancha fría de los anfiteatros. Aquí estos cuerpos recobran toda la dignidad que sus asesinos no lograron despojarles.


“… Ante la morgue,/ /un tufo profundo a humanidad abre la puerta de la desesperanza./ /(…)Con estatus de santos en los altares,/ /sobre las planchas,/ los cuerpos violentados exponen su verdad sustantiva en el severo abandono de si mismos./ /Obsecados, ahí …, como los santos./

(…)Bajo la sábana blanca,/ /en la mujer oculta el caos su compacta ilusión./ /Sólo la ciencia del amor podrá algún día revelarla,/ /cuando brille la verdad sobre la especie/ /y tenga la descendencia la suficiente fuerza para mirarla./


Editado de manera casi artesanal por la Universidad Autónoma de Ciudad Juárez, en octubre de 2004, Elegía en el desierto para ese entonces tenía ya más de siete años de haberse leído por primera vez en la Plaza de Armas de Chihuahua, el 8 de marzo de 1997.


De hecho, según relata Micaela, el poema fue pensando como un arma que, obligada por el alud de acontecimientos, escribió en 15 días, y presentó ese año el día Internacional de la Mujer como basamento poético de una coreografía montada por el ballet Danzarena de Cinthia Aguirre. El acto resultó muy conmovedor. Ese día se levantaron grandes vendavales, sopló el aire, fuerte e intempestivo, que al final avivó más el fuego de la palabra, la voz de la poeta:


/“Pero ¿alguien sabe la velocidad en nudos de este viento misógino que sopla?/

/Está por todas partes, siéntalo bien, percíbalo:/ /En la envidia de la mujer por la mujer,/ /en la exclusión vertical del viejo feminismo,/ /en la declaración del obispo y del político que dicen:/

/“Ellas son las que provocan”./ /Está en los cines,/ /en la escuela,/ /en la maquila,/ /en la colonia,/ /en la plaza, en la iglesia,/en el Congreso/, /en el hogar/ (…) En el corazón de los hijos y en el corazón de las madres./ /Y está, --¡oh ignominia!--/ /en algunos buenos poemas/ /de algunos de nuestros buenos poetas…”./



La llama poética que si quema


Micaela Solís es de las pocas escritoras cuyo trabajo ha enfrentado la malquerencia de no pocos personajillos ligados al circuito cultural y político en Chihuahua que con una mano exigen justicia al gobierno pero con la otra reciben de éste beneficios económicos y distintos tipos de canonjías.


Para mucha gente cercana al activismo social, es un secreto a voces la forma dócil y domesticada en que se han conducido varias de las denominadas Organizaciones No gubernamentales en su reclamo por que se esclarezcan los homicidios de mujeres en esta frontera.


Necesitadas de conservar su posicionamiento político ante la sociedad, el estado y la iniciativa privada, para así acceder a la vena inagotable de recursos económicos que les permite sacar adelante sus proyectos de carácter personal y asistencialista, muchas ONGs se han convertido en verdaderos cotos de poder y han mutado vergonzosamente al oportunismo y sectarismo, vicios propios de la vieja izquierda como de la neo derecha, a las que tanto critican.


Por ejemplo, apenas el viernes anterior se conocieron denuncias en contra de Malú García y Marisela Ortíz, dirigentes de la ONG Nuestras Hijas de Regreso a Casa, a quienes algunas madres y familiares de mujeres asesinadas en Ciudad Juárez las señalan de lucrar con su dolor.


Lo grave de todo es que estas desviaciones benefician directamente a la esfera gubernamental, que en sus distintos niveles de gobierno, no sólo ha sido incapaz de hacer justicia y de llevar a los verdaderos culpables de los asesinatos de mujeres ante los tribunales, sino que, además, según diversos señalamientos, la administración de gobierno pudiera estar involucrada en el execrable hecho de que desde los sótanos policíacos locales se ofrezca protección a los asesinos.


En medio de este nubarrón, el trabajo crítico de Micaela Solís constituye una aportación distinta de llamar a la conciencia a través de la creación artística, que no tendría sentido de ser sino es denunciado a los que, desde arriba, ultrajan y asesinan, pero, también, volviendo los ojos hacia abajo donde se hayan tantas organizaciones civiles que enmudecen o gritan, según se requiera, con el propósito de proveerse de algún viaje o un sueldo.


En el caso que toca a las mujeres asesinadas en Juárez, la autora de Elegía en el desierto, libro que por cierto no se encuentra para su venta en ninguna de las librerías del Estado, señala contundente que caer en el juego perverso del uso del dolor para sacar raja política equivale a seguir violando y matando a estas mujeres.


Quizá, por eso, Micaela Solís, recupere la voz de una de las muertas, que, desde la Elegía, reclama:


/Soy el deseo, la desaparecida que teje su retorno a la vida./

…/Soy, también, la bandera desgarrada entre el escepticismo,/ /la ambición, /el cinismo y la barbarie;/ /la de los torpes giros, /propicia a los vientos del Norte./ Soy el pasaporte directo al congreso inocuo,/ /al viaje de placer,/ /al festival cultural,/ /a la ascensión política,/ /al nombramiento oficial,/ al premio literario;/ /el billé que se gasta en los labios del discurso del ego/, /un nombre masticado con saliva retórica/ /Mientras en el desierto,/ las auras se arrebatan --a picotazos-- un corazón que guarda aún su última humedad/


Es en esta crítica firme donde quizá se encuentre la clave de la irritación que ha causado su presencia en distintos foros en los que, obligada “por el compromiso inaplazable de no callar”, ha decidido tomar la palabra. Pero también ha sido esta actitud, la de llamar a las cosas por su nombre, lo que ha valido su ausencia en eventos convocados por algunas Organizaciones No gubernamentales que prefieren no estar cerca de la llama poética que las quema.


Lejos de la amargura e instalada en el hábitat de una soledad, a veces dura pero, finalmente, reconfortante, como ella misma la define, la escritora trae a la memoria los momentos acres en que a su voz se ha pretendido silenciar. Recuerda como una líder de una organización no gubernamental en Ciudad Juárez, visiblemente ofuscada e instigada por sus líderes superiores de una ONG internacional, decidió arbitrariamente interrumpirla en un evento en Alburquerque, Nuevo México.


Un ejemplo más que ilustra la falta de respeto y solidaridad hacia la labor artística de esta escritora ocurrió en Oaxaca, en mayo del año pasado, cuando en el marco de un festival artístico dedicado al estado Chihuahua llevado a cabo en esa ciudad, Micaela Solís fue fuertemente interpelada por una turista de origen chihuahuense, quien le gritó que “ya basta” de seguir escuchando como se ensuciaba el nombre de Ciudad Juárez con el tema de las muertas.


Rememora Micaela: “en ese momento tan fuerte, me quedé desmoralizada, sin embargo me repuse y tome aliento para responder que yo también estaba harta de ese tema y que esperaba que perdiera vigencia muy pronto. Respondí a la señora que me cuestionaba, que mientras se siguiera matando impunemente a mujeres en Chihuahua yo iba a seguir leyendo Elegía. Mi compromiso es seguir dando a conocer los crímenes, mientras la impunidad siga gobernando mi estado”, señalé.


Sin embargo, lo peor estaba por venir. Cuando le fue cedida la palabra, a una poeta, parte de la comitiva de artistas chihuahuenses en el evento, ésta se puso de inmediato del lado de la turista ofendida. La susodicha en esa ocasión, no tuvo un gesto solidario ni con su colega ni con la causa de los feminicidios. Lo más desalentador para ella ocurrió en la ocasión en que Carmen Amato, conocida poeta y promotora cultural fue a la ciudad de Chihuahua a proponer un encuentro de poesía itinerante que recorriera el estado llevando como eje temático el de los feminicidios ante varias poetas chihuahuenses quienes en consenso impusieron la posición de no realizarlo por la temática propuesta.


Micaela Solís cierra esta entrevista con una reflexión sobre lo que para ella significa la escritura.



“El acto mecánico de escribir no te hace escritor. La escritura es un proceso de pensamiento, definición y análisis a los cuales es difícil acceder si nuestros actos no están comprometidos con la honestidad”



La voz poética de Micaela Solís

por María Rosa Tiburcio Trejo



En Elegía en el desierto, Micaela explica la muerte a través de la vida. Se percibe la fugaz vitalidad de esas jóvenes mujeres, “la brevedad de su vuelo …/


Sentimos, más que oímos, la voz de la fallecida: la muerte que el lenguaje atrapa para invitar al grito y al no-olvido.


La poetisa quiere “continuar el grito” de la mujer masacrada que no debe
“morir del todo” p.p. 76,20.


La reflexión y las pausas que provocan su “elegía”, siembran entonces flores en el desierto.


Elegía en el desierto de Micaela Solís es un texto cuya sencillez se logra a base de complejidad. Su poema recorre trozos de realidad a través de tres senderos: La desesperación que conjuga con la voz de las asesinadas. La mirada que contempla con angustia el desgarre social que vivimos en Ciudad Juárez. Y no se detiene ahí, sino que emprende un viaje subjetivo hacia el pensamiento de los asesinos.



Entre las vacilaciones comunes del lenguaje brota una voz que no es la muerte, es una voz a la que Micaela imprime vértigo y vida. La poetisa quiere “continuar el grito” de la mujer masacrada que no debe
“morir del todo” p.p. 76,20. Sentimos, más que oímos, la voz de la fallecida: la muerte que el lenguaje atrapa para invitar al grito y al no-olvido.



En un diestro ejercicio poético, Micaela explica la muerte a través de la vida. Se percibe la fugaz vitalidad de esas jóvenes mujeres cuando describe “la brevedad de su vuelo …/el aleteo diseminado entre cables y circuitos” p.44. Su percepción de la vida joven a través del vínculo entre la especie animal y las herramientas industriales habla de su habilidad para jugar con este artificio que es el lenguaje. Cuando la autora dice: “esa juventud en masa ganándose la vida/ …/el sabor a durazno de tu chicle/los brillos de tu barniz de diamantina/y el copete de nube”p.45, los residentes de Juárez sabemos cual es su referente.


La efímera alegría y el infinito dolor se ahogan en el “mar de ilusiones disecadas”p.37 que se percibe en esta frontera llena de industrias. El impacto de la violencia conduce a esta poeta a imprimir una tensión entre el lenguaje y una realidad caótica que se concentra “en el ejercicio del mandato/la maldición/la furia/
la violación/la dentellada/el crimen/el cinismo p.59. La espiral del vacío que atrapa al asesino absorbe también a una población que ante el horror, prefiere la indiferencia.



La intromisión del asesino en la vida fronteriza provoca el lamento de la poetisa: “ciudad de carniceros”p.62. Fuerte, pero no falto de veracidad. Dentro de la “sociedad que le da la espalda a su derrumbe” p.26 hay un asesino cuya existencia se diluye entre gritos, coca, alcohol, anfetaminas …”p.58. Micaela elabora un vaivén entre la “nada”de los asesinos, las ocupaciones de los juarenses que quieren seguir apurando su vida y las Autoridades deliberando sobre los “delincuentes legales y los delincuentes ilegales” p.36.



En un lenguaje singular la poetisa formula cuestionamientos y respuestas. A la vez que denuncia la indiferencia de la sociedad juarense, en un interesante ejercicio poético, abre un abanico de interrelaciones entre violencia, dolor, vacío y ansiedad. Eventos y situaciones crueles y violentas surgen entre palabras que quieren alcanzar esa realidad sangrienta. A la vez que habla de la “impronta de la maquila”p.64, permite ver destellos de los catalizadores del vacío y la indiferencia.



La ubicación geográfica de Cd. Juárez permite pasar a ese “viento del norte que succiona” p.46 y cuya fuerza admira y atolondra al juarense. El “linde de mundos”p.46 provoca ansiedades que pretenden alejarse del horror que llega con la tortura y la muerte, más a su encuentro sólo llega el vacío. De ahí entonces la búsqueda de olvido en las murallas que no permiten oír los gritos ni oler el miedo, de ahí también el lamento poético que dice: “vamos a Wal-Mart/ los domingos en la mañana, como si nada/Como si nada .p74.



La voz poética de Micaela Solís se enfrenta con una realidad agresiva. Su congoja y coraje encuentran cauce en palabras que rebasan la designación común. Más que denunciar los patrones de conducta adversos que percibe y refiere a la inversión extranjera en Ciudad Juárez, pone también de manifiesto el abismal vacío y la desesperanza de las víctimas, del asesino y de nuestra ciudad fronteriza.



Entre los sentidos que surgen de las palabras, además del tono feminista del que hablan los “vientos misóginos”p.71, brota también un dolor lacerante por todas aquellas jóvenes cuya vida plena sólo quedó en tentativa. Pero Micaela goza del privilegio de transformar su ira en poesía.



Por eso podemos afirmar que es una poetisa hábil. Sabe que no basta con encadenar palabras para expresar su sentir. Sabe -y lo hace- que debe incursionar en el juego cuyo objetivo es atrapar los silencios que se imponen al lenguaje.



Así, entonces su poética conjuga el silencio del lenguaje con el silencio de la sociedad juarense. A la vez, su voz poética se torna en el grito de las víctimas. La oscilación de las palabras micaelianas, hacen vibrar la muralla de ansiedad en que quedamos atrapados los juarenses. La reflexión y las pausas que provocan su “elegía” siembran entonces flores en el desierto.

Polvo en el viento: MAYA ANGELOU

Polvo en el viento: MAYA ANGELOU

viernes, 25 de abril de 2008

MAYA ANGELOU



Con poderosa voz enfrentó la discriminación y la adversidad en la sociedad estadunidense
Maya Angelou, prolífica creadora y tenaz activista, cumple 80 años

■ La poeta y cantante siempre ha pugnado por las reivindicaciones de la América negra
De la redacción

Maya Angelou forma parte del movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos, desde que fue invitada por Luther King, y sigue en la lucha Maya Angelou forma parte del movimiento por los derechos civiles en Estados Unidos, desde que fue invitada por Luther King, y sigue en la lucha Foto: Paul Bishop Junior y Boston College

Una de las voces más potentes de la América negra, Maya Angelou, cumple 80 años de vigorosa y prolífica de vida: novelista, poeta, activista de derechos civiles, cantante, bailarina, actriz, productora, guionista, editora de revistas, historiadora y profesora de literatura integran una extensa lista de ocupaciones.

Más allá de los títulos, Angelou representa la magnitud de una voz femenina que se enfrentó a la discriminación y la adversidad con aguerrida voluntad, derrotando los obstáculos que la sociedad estadunidense imponía en el siglo XX a una mujer afroamericana, sin educación formal y madre soltera desde los 16 años.

Nació en 1928 en San Luis y creció en una Arkansas rural y segregada. Sin embargo, la violación que sufrió a los ocho años de edad por el novio de su madre marcó su vida. Cuando su agresor fue golpeado hasta la muerte, comenzó a creer que todo aquel cuyo nombre pronunciara, moriría, autocondenándose al silencio.

En esa etapa de mudez es cuando descubre la vocación por la lengua e intentó “convertir todo el cuerpo en oído”. Cinco años después, un profesor consiguió que volviera a hablar, tras convencerla de que sólo podría apreciar la lírica si ella era capaz de articular palabras.

Esta etapa de su vida es relatada en su novela autobiográfica I know why the caged bird sings (Sé por qué el pájaro enjaulado canta), publicada en 1970, en la que relata su infancia al lado de su abuela puritana, la difícil relación con su madre y su embarazo siendo una adolescente de 16 años.

La novela fue todo un éxito y ha vendido más de un millón de copias en el mundo, además de inspirar una versión cinematográfica.

Gather together in my name es la continuación de sus memorias, donde describe las dificultades de una joven madre soltera, en búsqueda constante, pasando de empleo en empleo y de hombre en hombre. Una época turbulenta, a finales de los años 50, en la que ejerce la prostitución, canta y baila en clubes nocturnos, se describe en The heart of a woman.

Angelou también ha destacado por su activismo en defensa de los derechos civiles. En los años 60 mantuvo una relación sentimental con el libertador sudafricano Vusumzi Make, con quien vivió en Egipto y editó la revista semanal The Arab Observer, la única en idioma inglés.

Martin Luther King, el líder emblemático de la lucha por el reconocimiento de los afroamericanos, la invitó a participar en su movimiento formando parte de la Southern Christian Leadership Conference (Conferencia Sureña del Liderazgo Cristiano).

Músicos de blues y jazz, como B.B. King, Ben Harper y Quincy Jones han puesto música a sus obras.

Angelou ha sido postulada varias veces a los premios Grammy por libros grabados, al galardón Tony por su trabajo en Broadway Look away, y a un Emmy por la miniserie Raíces. Además de ser autora del guión y música del filme Georgia, Georgia.

En 1993, Bill Clinton, también originario de Arkansas, la invitó a recitar poesía durante su toma de posesión como presidente de Estados Unidos. En esa ocasión Angelou brindó al mundo su poema On the pulse of morning (En el curso de la mañana).

Maya Angelou es profesora de literatura y estudios americanos en la Universidad Wake Forest, en Carolina del Norte.

Con información de Alondra Flores

MAY CHIDIAC


LIBERTAD DE PRENSA LIBANESA
Unesco otorga Premio Mundial de Libertad de la Prensa a libanesa May Chidiac

La periodista libanesa antisiria May Chidiac, gravemente herida el año pasado en un atentado, fue galardonada el martes con el Premio Mundial de la Libertad de Prensa "Guillermo Cano" de la Unesco.
Este premio, dotado de 25.000 dólares, recompensa a la presentadora estrella de la televisión LBC cuya "popularidad debe mucho a su profesionalismo, así como a su franqueza en un país traumatizado por años de guerra", indicó la UNESCO en un comunicado en París.
May Chidiac fue herida por una bomba colocada bajo su automóvil el 25 de setiembre pasado y fue necesario amputarle una mano y una pierna.
"Esta tragedia conmocionó a la opinión pública libanesa, que considera a May Chidiac como un símbolo de la libertad de expresión", destacó la UNESCO.
El Premio "Guillermo Cano", creado en 1997 por la UNESCO y otorgado todos los años, está destinado a "destacar el trabajo de una persona, una organización o una institución que defiende o promueve la libertad de expresión en cualquier lugar del mundo, sobre todo si esa acción pone en peligro su vida", agregó el comunicado.
Dicho galardón lleva el nombre del periodista colombiano Guillermo Cano, asesinado en 1987 por haber denunciado las actividades de los poderosos narcotraficantes de su país.
Entre octubre de 2004 y setiembre de 2005 se registraron 14 atentados en Líbano, entre ellos, el del ex primer ministro Rafic Hariri, en el cual, según una investigación internacional, estuvo implicada Siria.
Dos prestigiosos periodistas antirios, Samir Kassir y Gebran Tueni, también fueron asesinados en atentados en Beirut el año pasado.
La candidatura de May Chidiac a este premio de la UNESCO fue presentada por el ministerio de la Cultura libanés.
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EL TRAGICO PRECIO POR LA VERDAD

Investigación: Berezovski ordenó matar a periodista rusa Politkovskaya

El autor intelectual del asesinato de la periodista crítica con el Kremlin Anna Politkovskaya es el oligarca ruso Boris Berezovski, declaró el jefe de la investigación del caso, Dmitri Dovgij, en una entrevista publicada hoy por el diario "Isvestiya".

El principal motivo del crimen de la reportera de 48 años fue su personalidad: la periodista destacaba demasiado y mantenía una continua oposición al aparato del Estado, con lo que también se metía con Berezovski. "Por eso fue asesinada", explicó el investigador.

Los instigadores del asesinato "quisieron demostrar que en Rusia se puede matar a personalidades conocidas sin que los autores sean apresados", explicó Dovgij, sin presentar pruebas concretas.

El fiscal general del Estado, Yuri Chaika, sostuvo en 2007 que la periodista fue asesinada por chechenos y "enemigos del Estado en el extranjero". Además, según medios locales, los investigadores ya conocen el nombre del autor material del crimen, un checheno de 30 años.

Mientras tanto, Berezovski negó los cargos como "otro intento de desviar a los investigadores de la búsqueda de los que ordenaron el delito", dijo a la emisora "Echo Moskvy".

Berezovski, rico empresario exiliado en Londres que alguna vez mantuvo estrechos contactos con el Kremlin, es acusado en su país de diversos delitos económicos. También se le atribuyeron varios asesinatos.

El diputado Andrei Lugovoi le atribuyó haber pagado millones de dólares por el envenenamiento del ex miembro de los servicios secretos Alexander Litvinenko en noviembre de 2006. La fiscalía londinense, sin embargo, atribuye el crimen al propio Lugovoi, también ex agente de los servicios secretos.

LA VERDAD ANTE TODO



Anna Politkovskaya presenta ’La Rusia de Putin’
Tortuga Soviet Lunes,9 de octubre de 2006
Rescatamos esta entrevista publicada el pasado año en nuestra web en tributo a su protagonista, Anna Politkovskaya, asesinada hace unos días en Rusia precisamente cuando estaba trabajando en un artículo sobre las torturas del gobierno ruso en Chechenia. Vaya este pequeño homenaje en honor de alguien quien fundamentalmente creía en la verdad. (Nota de Tortuga)

PACHI ROSES. 6 de abril de 2005. Informativos Tele5.

Anna Politkovskaya es periodista y desempeña su principal labor profesional como corresponsal especial del periódico Novaya Gazeta. Es conocida como “la conciencia moral de Rusia”. Fuerte, seria, es una de las mayores expertas en el conflicto de Chechenia, donde ha estado en numerosas ocasiones.

Ha sido también mediadora en el asalto al teatro Dubrovka de Moscú. E intentó hacer lo mismo en la crisis de Beslan, pero fue envenenada por el Servicio Federal de Seguridad (antiguo KGB) cuando se trasladaba hacia allí.

Acaba de presentar en España su cuarto libro La Rusia de Putin. La hemos acompañado en su presentación para constatar que, allí donde va, allí donde habla lejos de Rusia, hay siempre un funcionario de la Embajada tomando nota de todas y cada una de sus palabras. Sus primeras frases ante la prensa fueron para decir que en Rusia, hoy en día, hay pocos motivos para ser optimista. Considera su último libro como una especie de protección internacional.

Anna, lo que cuenta tu libro impresiona. Sobre todo la falta de valor que se le da al individuo, a la persona. Cómo el Estado ofrece una cara al exterior y cómo aplica otra muy distinta hacia el interior. Con el actual precio del petróleo y su creciente demanda, Rusia gana mucho dinero como gran productor y Putin ha anunciado en Diciembre el desarrollo de un nuevo plan de fabricación de armas nucleares que asegura que estará tecnológicamente una década por delante de sus competidores. ¿Cómo asimilan en Rusia estas noticias que tienen un alto coste económico frente a una realidad de depauperación social?

Nosotros, en general, tenemos una impresión bastante vaga de lo que se propone nuestro Gobierno. Por ejemplo: nos informan cada dos meses de la creación de un nuevo cohete; nos dicen que es mucho mejor que los que pueden fabricar otros países, que es mucho más sofisticado. También sabemos que hay mucha gente en Rusia que protesta contra la puesta en funcionamiento de nuevas centrales nucleares porque Rusia siente pánico ante la posibilidad de un nuevo Chernobil. Y por supuesto, llevamos muchos años sin esperar tener ninguna garantía de que las vidas y la seguridad de la gente que vive alrededor de las centrales nucleares sea protegida por la Administración.

Por eso usted me habla de un Putin para consumo externo, mientras que el Putin que yo conozco es el Putin para el consumo interno. Y esas son, como dicen en Odessa, dos grandes diferencias. Por eso usted me puede comentar novedades de Putin que yo no conozco.

¿Tiene familia?

Sí, claro

¿Cómo se siente?

No tengo ninguna seguridad de que me pueda proteger (...) Para un periodista que trabaja en Rusia no hay ninguna protección garantizada. Allí los guardaespaldas no sirven para nada. Es ridículo que un periodista lleve un guardaespaldas. Aún en caso de llevarlo, no serviría. Mi única forma (de protegerme) es que nunca miento; y mi familia, que me apoya.

Occidente... ¿puede hacer algo por favorecer la situación interna de Rusia?

He tenido ilusiones sobre el papel de occidente, sobre todo a partir de la 2ª Guerra de Chechenia. Pensaba que Occidente no iba a permitir que esta guerra se enquistara porque esta guerra se lleva a cabo en Europa. Sin embargo ahora estoy segura de que Occidente nos apoyará si nosotros demostramos que tenemos un movimiento anti-bélico, un movimiento democrático fuerte y que la calidad (democrática) de nuestro pueblo se aproxima a la que tiene la sociedad occidental.

¿Cómo es el movimiento pacifista en Rusia, en Moscú, que es donde se puede originar?

El movimiento pacifista no se puede decir que haya sido aniquilado. Desde el principio fue bastante flojo porque no aglutinaba distintas capas de la población, no reunía a toda la población. El movimiento que más ha sufrido ha sido el Democrático, que fue destruido en 2003 (tras las elecciones) y solamente ahora cobra fuerzas alrededor de líderes democráticos que intentan unirlos. Sobre todo son movimientos basados en la reivindicación de los Derechos Humanos.

¿Quiénes son esos líderes?

En Noviembre y Diciembre de 2004 la oposición a Putin comenzó a recomponerse. Los primeros fueron los movimientos pro-Derechos Humanos. Sucedió porque no existe un líder en la oposición. Hay líderes que, si demuestran que son demócratas consecuentes, podrían conseguir que la oposición se una para promoverlos como candidatos en las próximas presidenciales.

Antes que nadie está Vladimir Ruskov, que tiene un gran potencial: es joven, inteligente, y procede de las provincias, de la periferia, lo cual es muy importante para la gente de Rusia. Además es de Siberia, la mayor región del país, y eso es positivo.

Uno de los líderes democráticos más carismáticos y emocionales de Rusia es el campeón de ajederez Gary Kasparov*. Es una persona que no teme a nada porque es el hombre del Mundo, tiene una protección internacional. Por lo tanto, ya hoy, puede pronunciar discursos que ni siquiera Ruskov se puede permitir.

El tercer líder es Mijail Kashianov, el primer ministro cesado por Putin. Dijo estar dispuesto a presentarse a la Presidencia y promete movilizar al mundo de los negocios.

Por ésto puedo decir que los últimos dos meses han sido optimistas: podremos elegir entre varios líderes.

¿Qué solución vislumbra al conflicto en Chechenia?

Mientras Putin aplique su actual política no hay salida al actual conflicto de Chechenia. Todos los intentos que se hacen encuentran su más firme oposición. Dicen que se niega a hablar del tema. El 24 y 25 de Febrero se celebraron en el Reino Unido las primeras conversaciones de paz entre chechenos y la sociedad civil rusa, representada en las madres de los soldados rusos. Estas conversaciones no las podemos considerar un éxito, pero es la primera vez que los miembros de la resistencia chechena han podido hacer públicas sus ideas de cómo es posible solucionar el conflicto. Esta propuesta de los líderes chechenos incluye el compromiso, en caso de tregua, de cesar las acciones terroristas. Simplemente se trata de encontrar una solución para evitar el siguiente acto terrorista. Esa es nuestra tarea hoy.

El problema es que Putin no puede controlar al Ejército Federal, que está realizando acciones inconstitucionales fuera del poder judicial. Y los comandantes chechenos no tienen bajo su control a todos los elementos capaces de realizar actos terroristas. Como resultado... el país queda rehén de esa situación.

Estoy segura de que la solución al conflicto está en lo político, no en lo militar. No porque yo sea más inteligente que los demás, sino porque ésta es la realidad. Si las elecciones de 2003 hubieran reportado alguna mejora en Chechenia...

¿Qué tiene que ofrecer Rusia a los chechenos?

El problema es que el verdadero criadero del terrorismo checheno está precisamente en los métodos que el Ejército Federal emplea en Chechenia. Todos estos anuncios de que unos presuntos terroristas árabes que incitan a los chechenos a la violencia se puede decir que es pura propaganda. Yo conozco muchas familias en las que los jóvenes chechenos que hace algunos años ni imaginaban que iban a convertirse en kamikazes ahora se están radicalizando y planteado esa salida.

Lo que tiene que ofrecer Rusia a los chechenos es una conversación de igual a igual, como personas, no como marginados. En estos momentos los chechenos viven en su país como en un campo de concentración y no hay ninguna esperanza de que dejen de luchar para salir de esa situación.

¿Observa usted una palestinización en Chechenia?

La palestinización es evidente para mí. Y a pesar de eso no puedo contestar de forma unívoca si Chechenia quiere ser independiente o no. Las infraestructuras están destruidas. Llevan en guerra 10 años. Las refinerías están destruidas. Las refinerías son la base de la industria chechena. No logran realizar el mantenimiento del oleoducto que pasa por Chechenia. Chechenia está plagada por bandas criminales formadas por ex militares del Ejército Federal mezclados con los combatientes chechenos que juntos se dedican al pillaje y a vender de forma privada el petróleo que pueden encontrar.

Todavía el tema de la independencia se tiene que aplazar. Tienen que pasar muchos años para que se produzca la desmilitarización de Chechenia y que la gente deje de vivir en un estado de represión constante, que es el estado en el que se encuentra actualmente la mayor parte de la población de este país.

Ahora mismo, en lo que se refiere a la política chechena por parte de nuestra administración, se trata de una especie de ajedrez. Un ajedrez alejado de lo que es la dimensión humana de este conflicto. Nadie ha pensado si la gente ha comenzado a vivir mejor. Y ahí es donde está el problema. Putin está empecinado promoviendo unas elecciones, y otras elecciones a pesar de que los actos terroristas siguen y siguen... no importa a quién se elija. Estas elecciones siempre terminan con el empeoramiento de la vida de los chechenos, con el dominio de un gobierne títere cada vez más cruel sin que haya resultado alguno ni para Rusia ni para la República Chechena.

Quiero llamar su atención sobre el hecho de que Chechenia no es un país en Rusia, sino que es un territorio. Pero hay una alternativa. La alternativa existe y pasa por negociaciones duraderas y muy difíciles. Entre ellas el intercambio de figuras: existen criminales de guerra por ambos lados. Estas personas tienen que estar alejadas del terreno de las negociaciones. Mientras no se alejen es difícil hablar. Las partes se tienen que intercambiar estas figuras. Los chechenos tienen que entregar a Basayev y los federales a Kadirov. Hablo de juzgar según la ley, averiguar en qué consisten sus crímenes y darles un tratamiento jurídico. Si no existe este intercambio pocas cosas podríamos conseguir.

Extractos del libro:

EL EJÉRCITO “Qué sentiría usted si sus hijos fueran reclutados al cumplir los 18 años como “recursos humanos”? ¿Cuán satisfecho se sentiría usted de un ejército del que los soldados desertan en tropel todas las semanas, a veces pelotones o compañías enteras? ¿Qué pensaría usted de un ejército donde, en un solo año, el 2002, murieron más de quinientos hombres -todo un batallón- no combatiendo, sino a causa de las palizas recibidas; donde los oficiales roban desde los vales de diez rublos que los soldados envían a sus casas hasta columnas enteras de carros de combate; donde los oficiales se encuentran unidos ante el odio de los padres de los soldados porque con frecuencia, cuando las circunstancias resultan demasiado desgraciadas, las enfurecidas madres protestan por el asesinato de sus hijos y exigen el correspondiente castigo?”

ALEXEI DIKIY Alexei Dikiy es el comandante de un submarino nuclear: el Viliuchinsk. Pertenece a la élite de nuestra flota, y también lo es su nave, parte del podería de la flotilla Kamchatka.

Dikiy recibió una esmerada educación en Leningrado (San Petesburgo) y luego ascendió con honores por ser un oficial dotado con un gran talento. A los 34 años se le consideraba como un comandante de submarinos sin par. En términos de mercado laboral militar internacional, cada mes de servicio aumentaba su valor en miles de dólares. En la actualidad, sin embargo, Alexei Dikiy, capitán de primera clase, lleva lo que solo se puede definir como una existencia penosa. Su hogar es un decrépito hostal para oficiales con las paredes desconchadas, lóbrego y siniestro. Todos los que pudieron hacerlo se marcharon de este lugar para ir a ‘tierra firme’ y abandonaron sin más sus carreras militares. Las ventanas de muchos sitios deshabitados están cerradas. Este es un lugar frío, inhóspito, donde se pasa hambre. Muchos han huido empujados por la miseria. El capitán Dikiy me dice que cuando hace buen tiempo, él y otros oficiales superiores salen a pescar para tener algo digno que llevarse a la boca.

En la mesa de la cocina ha dejado lo que nuestra madre patria le da en pago de su irreprochable y leal servicio. Dikiy acaba de traer del submarino sus raciones mensuales envueltas en una sábana de la nave. Consisten en dos paquetes de judías secas, dos kilos de harina de trigo y arroz, dos latas de los guisantes más baratos, dos latas de arenques y una botella de aceite vegetal. (...) Dikiy no se queja, solo constata un hecho. Es todo un hombre. Para ser más exactos, es muy ruso. Está habituado a las privaciones. (...) Estas latas y bolsas de papel contienen el suministro mensual para los tres miembros de la familia del capitán Dikiy.

(...) Cuando no hay dinero, Dikiy no come a bordo del submarino (aunque los oficiales tienen derecho a la comida), sino que se lleva la comida a su casa y la comparte con su familia. No tiene otra manera de alimentarlos. Como resultado, Dikiy es una sombra, muy delgado. Su rostro tiene una palidez enfermiza, y no hay duda del motivo: el capitán del mejor componente del escudo nuclear de Rusia pasa hambre.

BESLÁN En la mañana del 1 de Septiembre, una banda internacional tomó como rehenes a las personas que se encontraban en la escuela Nº 1 de la minúscula ciudad de Beslán, en Osetia del Norte, y exigió el cese de la 2ª Guerra de Chechenia. Los terroristas se hicieron con la escuela a la hora de la fiesta matutina, común a odas las escuelas de Rusia, con la que se celebraba tradicionalmente el inicio del curso escolar. Es habitual que a esa celebración acudan familias enteras, abuelos y abuelas, padres, tías y tíos, en especial cuando se trata de familias que acompañan a los más pequeños a iniciar la andadura escolar, y esa es la razón de que la cifra de rehenes alcanzara el millar y medio de personas.

Los servicios de inteligencia declararon que “no había mucha gente” en la escuela, apenas 354 personas, y las autoridades reprodujeron la cifra en los mismos términos. Los terroristas respondieron: “si se creen que solo hay 354 personas, será que esas son las que terminará habiendo”. Entretanto, los familiares de los rehenes, que se habían reunido en las afueras de la escuela lo negaron: “¡Estáis mintiendo!”, clamaron “¡Los rehenes pasan de mil!”

Pero nadie quiso escuchar a los familiares. Y no los escucharon. Entonces, intentaron hacerse oír por las autoridades por medio de los periodistas, que viajaron a Beslán; pero los periodistas no hicieron más que transmitir la información oficial. Y los familiares cebaron su ira precisamente en los periodistas.

Como quiere que sea, lo cierto es que durante el 1 de Septiembre y la primera mitad del día siguiente, el gobierno se sumió en un inaceptable estado de conmoción que lo condujo a entorpecer todo tipo de negociación. Sencillamente, el Kremlin no autorizaba a negociar. A todo aquel que mostraba estar dispuesto a impulsar una negociación le asustaban con lo que podría pasarle, al tiempo que los negociadores que reclamaban los propios miembros del comando andaban escondidos por no se sabe qué rincones o se habían marchado del país. Fueron cobardes en un momento en que no tenían derecho a la cobardía. Ese fue el caso de los presidentes de Ingushetia y Osetia del Norte, Ziazikov y Dzasojov, y lo mismo hicieron el consejero de Putin sobre Chechenia, Aslajanov, y el doctor Roshal. Todos ellos encontraron después alguna excusa, pero el hecho permanece ahí incontrovertible: ninguno entró en la escuela.

Sobre el fondo de tanta cobardía, lo que más temían los familiares de los rehenes era que se repitieran los sucesos del teatro Dubrovka (...) y que las autoridades dieran la orden de asalto y entonces ya no se pudiera evitar un elevado número de víctimas.

(...) Todas y cada uno de las personas que integraban el cuartel general estaban dedicadas a proteger sus carreras profesionales y no a salvar las vidas de los niños. Antes de que llegara el día 3 de Septiembre, el día del desenlace, ya había una cosa clara: el mecanismo de “mando vertical” impuesto por Putin y articulado sobre el pánico atroz que generaba la dependencia de las decisiones de una sola persona, el propio Putin, era inútil e incapaz de salvar ni una vida, cuando era precisamente eso, de salvar vidas, de lo que se trataba.

(...) El asalto se produjo el 3 de Septiembre por la mañana. Los combates en la ciudad se prolongaron hasta última hora de la noche. Hubo muchos muertos entre los terroristas, pero algunos consiguieron atravesar los sucesivos anillos de seguridad y escapar. Comenzó el recuento de los rehenes muertos, que aún no ha acabado. En las afueras de Beslán desbrozaron un terreno y lo convirtieron en un inmenso cementerio para cientos de nuevas sepulturas. Nada se sabe de unos cien rehenes, a los que las estadísticas consignan como desaparecidos. Algunos consideran que se los habrían llevado como rehenes los supervivientes de la banda. Otros creen que fueron convertidos en ceniza por los potentes lanzallamas con que están equipadas las unidades de misiones especiales.

domingo, 20 de abril de 2008

LA MAS GRANDE ENTREVISTADORA DE LOS TIEMPOS MODERNOS



Oriana Fallaci en una imagen tomada en 2002. (Foto: AP)Valorando a Oriana Fallaci

por Daniel Pipes
Diario Exterior
18. Septiembre 2006

Original en Inglés: Appreciating Oriana Fallaci

Oriana Fallaci falleció el viernes, 15 de septiembre, en Florencia, Italia.

En su memoria, ofrezco la presentación de la srita. Fallaci que hice, a petición suya, el 28 de noviembre del 2005 en el acto en su honor ofrecido por el Centro para el Estudio de la Cultura Popular, presidido por David Horowitz. Su discurso de esa noche, en el 3 de West Club en New York City, fue posteriormente incorporado a su libro La fuerza de la razón. Me consta que ésta fue su última aparición pública.

Es un enorme placer presentarles a Oriana Fallaci.

Nacida en 1930 en Florencia, Italia, fue educada en una familia antifascista y su padre fue líder en la lucha contra Mussolini. A la edad de 14 años, la srita. Fallaci tomaba parte en la Resistencia. Por su labor durante la guerra, recibió un premio del Mando de las Fuerzas Aliadas en Italia. Más tarde asistió a la Universidad de Florencia.

Desde muy temprano tuvo el impulso del escritor. Escribía lo que llama "relatos cortos inocentes" a la edad de 9 años, y a los 16 (tras mentir acerca de su edad) comenzaba a cubrir temas policiales y hospitalarios. Así es como ella ha descrito su experiencia literaria:

Me senté frente a la máquina de escribir por primera vez y me enamoré de las palabras que emergían como gotas, una a una, y permanecían sobre el folio blanco... cada gota se convertía en algo que de ser mencionado discurría alejándose, pero que como palabras sobre folios, solidificaban, ya fueran buenas o malas.

En una línea menos poética, también ha reconocido que "lo que realmente me mueve a escribir es mi obsesión con la muerte".

La srita. Fallaci escribió posteriormente para muchas publicaciones italianas, europeas y americanas, incluyendo el Corriere della Sera, Le Nouvel Observateur, Der Stern, Life, Look, el New York Times Magazine, el Washington Post o The New Republic.

Como corresponsal de guerra, cubrió los principales conflictos de nuestro tiempo.

Cubrió la insurrección de Hungría, siendo detenida en el proceso.

Pasó 7 años sobre el terreno en Vietnam, tanto Norte como Sur, y terminó siendo expulsada del Sur.

Informó acerca de las revoluciones en Latinoamérica: Brasil, Perú, Argentina, Bolivia, así como de la Masacre de Tlatelolco en el Ciudad de México, donde fue una de las dos únicas supervivientes. (Acabó atrapada en una concentración de oposición a la decisión del gobierno mexicano de dedicar enormes cantidades de dinero a las Olimpiadas de 1968 y Fallaci fue alcanzada de un disparo por la policía, recibiendo impactos de bala en su hombro, espalda y rodilla).

Cubrió la guerra civil del Líbano y la Guerra de Kuwait.

La srita. Fallaci hizo de las entrevistas con figuras poderosas la marca de la casa, o por utilizar su terminología más colorista, "esos bastardos que deciden nuestras vidas", incluyendo Willy Brandt, Lech Walesa, Moammar Qaddafi, Golda Meir, Ariel Sharon, Haile Selassie, el Shah de Irán, Indira Gandhi, Zulfikar Alí Bhutto, o Deng Xiaoping, y H. Rap Brown. Asimismo, entrevistó a figuras no políticas relevantes como Federico Fellini, Sean Connery, Sammy Davis, Jr., Arthur Miller, Orson Welles e incluso Hugh Hefner.

Es la única persona en haber entrevistado al ayatolá Jomeini, con quien pasó seis horas. En un momento dado, hizo trizas memorablemente su chador con indignación y se lo tiró a su eminencia.

Conocida por sus tácticas de entrevista desafiantes, Fallaci obligaba a sus víctimas a hacer revelaciones que no pretendían. "Hablemos de la guerra", desafió a Henry Kissinger en su entrevista de 1972, quizá la que los americanos recordarán mejor. Antes de esta entrevista, Kissinger había revelado poco a la prensa acerca de su vida y personalidad. Fallaci persiguió con insistencia al secretario de estado durante su conversación para que explicara porqué un simple diplomático disfrutaba de tal fama. Planteó la cuestión, pero eventualmente desistió. "En ocasiones", declaró él, "me veo como un cowboy que encabeza la caravana solo a lomos de su caballo, una historia del salvaje oeste si lo prefiere". Kissinger desvelaba así cómo se veía - como un líder heroico que impone al control del timón de la política norteamericana - y, posteriormente, fue masivamente criticado. Incluso años después, Kissinger se refería a su entrevista con la srita. Fallaci como "la conversación más desastrosa que he tenido nunca con ningún miembro de la prensa".

Sus entrevistas también incluían detalles inusuales. Por ejemplo, de Yasir Arafat escribía acerca de

su "grueso bigote árabe y su corta estatura, combinados con manos y pies pequeños, piernas gruesas, un tronco voluminoso, enormes caderas y pectorales reducidos le hacen tener un aspecto bastante inusual". Describe con gran detalle su cabeza y su cara, observando que "carece casi por completo de mejillas o frente, todo se resume en una gran boca de labios rojos y carnosos, una nariz agresiva y dos ojos que te hipnotizan".

Un biógrafo, Jill M. Duquaine, llama a Fallaci "la más grande entrevistadora política de los tiempos modernos".

Es autora de 13 libros, todos traducidos al inglés excepto dos. En conjunto, han sido traducidos a 26 idiomas y publicados en 31 países.

El primero, Los siete pecados de Hollywood, aparecía en italiano en 1958 abriendo con un prefacio de Orson Welles.

El sexo inútil: viaje alrededor de la mujer, 1964. (Crónica de un confuso viaje alrededor del mundo para un semanario, L'Europeo)

Penélope en guerra, 1966. (Una novela acerca de una joven periodista obsesionada con la carrera se rechaza las peticiones de su novio de quedarse en casa y tener familia)

Si el sol se pone, 1966. (Colección de artículos acerca del programa espacial americano)

Los ególatras: 16 entrevistas sorprendentes, 1968.

Nada, y que sea así, 1972 (sobre la guerra de Vietnam, empático con el Vietcong) - comparte Second Thoughts con nuestro anfitrión de esta noche, David Horowitz

Una entrevista con la historia, 1976, recogía algunas de sus destacadas entrevistas; ha sido descrito como "uno de los clásicos del periodismo moderno".

Carta a un hijo no nato, 1976 (una novela, llamada "uno de los escritos feministas más refinados acerca del embarazo, el aborto y la tortura emocional").

Un hombre, 1980 (una novela basada en su experiencia personal con el poeta griego y líder de la resistencia Alekos Panagoulis)

Inshaláh, 1992 (otra novela, acerca de la guerra civil del Líbano).

Tras un silencio de diez años, publicó La rabia y el orgullo en el 2001, una respuesta al desafío del Islam radical. Vendió un millón de ejemplares en Italia y medio millón en el resto de Europa.

En el 2004 escribía La fuerza de la razón, que aparece en inglés este mes con Rizzoli. Vendió un millón de ejemplares en Italia. En él, argumenta que la caída de Occidente ha comenzado a causa del Islam radical. La democracia de corte occidental, con su libertad, sus derechos humanos, su libertad de expresión y fe, no puede coexistir con el Islam radical. Uno de los dos tiene que perecer. Ella apuesta a que Occidente fracasa.

El tercer libro de su trilogía islámica, Fallaci se entrevista a sí misma y El Apocalipsis, también apareció en el 2004, en italiano (y aún no en inglés). He aquí lo que Bat Ye'or expresó acerca suyo escribiendo en FrontPageMag.com, otra actividad del patrocinador de esta noche, el Centro para el Estudio de la Cultura Popular: "En esta breve obra maestra, Oriana Fallaci nos hace romper a llorar, nos hace reír a carcajadas, nos ilumina y nos transmite su amor y desprecio a una Europa a la que sirvió con tan gran devoción y a la que ahora contempla con desprecio mientras se viene abajo".

En una entrevista en el 2002, se le preguntó por George W. Bush. "Veremos; es demasiado pronto", contestó. "Yo tengo la impresión de que Bush tiene cierto vigor y también la dignidad que lleva olvidada ocho años en Estados Unidos". Pero tuvo sus diferencias con él, especialmente cuando el presidente llama al Islam "una religión de paz". "¿Sabe usted qué hago cada vez que lo dice en televisión? Estoy sola viéndolo y digo, '¡Cierra la boca! ¡Cierra la boca, Bush!' Pero no me escucha".

En sus años previos, su cobertura la puso en peligro muchas veces; hoy en día, son sus escritos sin tapujos acerca del Islam lo que crea peligro: "Mi vida", escribía la srita. Fallaci recientemente, "está en peligro serio".

También ha tenido quebraderos de cabeza legales. Fue juzgada dos veces en Francia en el 2002 y procesada con cargos en Italia en mayo del 2005. Fue procesada bajo una provisión del código penal italiano que criminaliza "la vilificación de cualquier religión admitida por el estado". Específicamente, afirma que La fuerza de la razón "difama al Islam". Se diría que, en busca y captura por un crimen de libertad de expresión en su país natal, la periodista más celebrada de Europa reside ahora en el exilio en Manhattan.

El demandante es un fundamentalista musulmán de origen escocés llamado Adel Smith. Se piensa que es el autor de un panfleto titulado "El Islam castiga a Oriana Fallaci" que llama a los musulmanes a "eliminarla" y "acudir y morir con Fallaci". En otro orden de cosas, Smith también ha llamado a la destrucción del fresco medieval "El juicio final" de Giovanni da Módena, en la Catedral de Bologna, porque representa al profeta Mahoma languideciendo en el infierno.

Los escritos de la srita. Fallaci, por supuesto, también le han granjeado numerosas oportunidades. Me gustaría mencionar una: fue una de las primeras personas invitadas a una audiencia por el Papa Benedicto XVI, un encuentro aún más significativo para ella habiéndose declarado públicamente atea. Antes de su reunión, esto es lo que tenía que decir la srita. Fallaci acerca del Papa:

Me siento menos sola cuando leo los libros de Ratzinger. Soy atea, y si una atea y el Papa piensan lo mismo, es que tiene que haber algo cierto. ¡Es así de simple! Tiene que haber alguna verdad humana aquí más allá de la religión.

Es un honor particular tener con nosotros a la srita. Fallaci esta noche, no siendo conocida precisamente como aficionada a actos sociales. He aquí su descripción de sus hábitos de trabajo:

Comienzo a trabajar temprano (8 u 8:30 de la mañana) y continúo hasta las seis o las siete de la tarde sin interrupción. Es decir, sin comer y sin descansar. Fumó más de lo normal, lo que significa alrededor de 50 cigarrillos al día. Por la noche duermo mal. No veo a nadie. No contesto el teléfono. No voy a ninguna parte. Ignoro los domingos, las vacaciones, las Navidades, los años nuevos. Me pongo histérica, en otras palabras, e insatisfecha y me siento culpable e infeliz si no escribo mucho. A propósito, soy una escritora muy lenta. Y vuelvo a redactar obsesivamente.

Para concluir, he aquí a Oriana Fallaci, hablando de su herencia: espera, a través de sus libros,

morir un poco menos cuando muera. Dejar a los niños que no tuve... Hacer que la gente piense un poco más, fuera de dogmas con los que esta sociedad nos ha alimentado a través de siglos. Contar historias e ideas que ayuden a la gente a ver mejor, a pensar mejor, a conocer más.
La escritora italiana Oriana Fallaci, afincada en Nueva York, ha concedido este jueves una entrevista al diario The Wall Street Journal en la que declara sentirse menos sola con las obras del cardenal Ratzinger, Benedicto XVI. La intelectual italiana es atea, pero se identifica con los valores de occidente, que ve amenazados.

Oriana Fallaci ha declarado a The Wall Street Journal que "Europa no es ya Europa, es Eurabia, una colonia del Islam donde la invasión islámica no viene solo en un sentido físico, sino también mental y cultural" y se duele de que "el servilismo con los invasores ha envenenado la democracia, con consecuencias obvias para la libertad de pensamiento y para el mismo concepto de libertad". La veterana periodista, cuya vida está amenazada por una larga enfermedad, ha sido procesada por presunto vilipendio del Islam.
Fallaci cree que el mal de Europa es generalizado en Occidente. Al diario neoyorkino le dijo que "Occidente revela un odio por sí mismo que es extraño y sólo puede ser considerado patológico; Occidente ya no siente amor por sí mismo. En su propia historia solo ve lo que es deplorable y destructivo, mientras que no ve lo que es grande y puro".

Uno de los problemas se encuentra, según la intelectual, en la falta de líderes. La nuestra "es una era sin líderes. Hemos dejado de tener líderes a finales del siglo XX. Aunque alaba de Juan Pablo II que en su opinión era "un guerrero que hizo para acabar con la Unión Soviética incluso más que América". Pero nunca le perdonará "su debilidad hacia el mundo islámico. ¿Por qué? ¿Por qué ha sido tan débil?".

Como ejemplo de la decadencia occidental, la periodista italiana advierte: "mira al sistema escolar hoy en Occidente. Los estudiantes ¡no saben historia! ¡No saben quién era Churchill! En Italia ¡ni siquiera saben quién es Cavour!", en referencia al conde Camillo Benso di Cavour. Añade que "no puedes sobrevivir si no conoces el pasado" y "el momento en el que abandonas tus principios y tus valores estás muerto; tu civilización está muerta, tu sociedad está muerta. Y punto".

Oriana Fallaci se ve a sí misma como una revolucionaria porque "hago lo que los conservadores europeos no hacen; y es que no acepto ser tratada como una delincuente".

Yo me avergüenzo

La periodista italiana publicó últimamente "La rabia y el orgullo", un ensayo de gran éxito en el que alertaba de lo que, a su juicio, son las mayores amenazas a la civilización occidental. En un resumen publicado por Libertad Digital, Fallaci escribía " Me parece vergonzoso que en Italia se haga una manifestación de individuos que vestidos de kamikazes berrean infames injurias contra Israel, exhiben fotografías de líderes israelíes sobre cuya frente han pintado una esvástica e incitan al pueblo a odiar a los hebreos ".

Una lista de denuncias que incluye "Me parece vergonzoso que acojan en sus debates con tanta deferencia a los bellacos que ayer celebraban la masacre de Nueva York y hoy celebran las matanzas de Jerusalén, Haifa, Netania o Tel Aviv." o "Me parece vergonzoso que en nombre de Jesucristo (un hebreo sin el cual hoy estarían todos en el paro) los curas de nuestras parroquias o centros sociales cortejen a los asesinos de los que, en Jerusalén, no pueden salir a tomar una pizza o a comprar huevos sin saltar por los aires".

Opinión
ROMA.- La escritora y periodista italiana Oriana Fallaci falleció la noche del jueves, a los 77 años, en un hospital de la ciudad de Florencia, según informa la agencia Ansa. Sufría cáncer desde hace varios años.

En los últimos años, Fallaci había atraído la atención internacional especialmente por sus duras críticas al islamismo radical, tras los atentados del 11-S en EEUU.

La escritora, nacida en Florencia y afincada desde hacía años en EEUU, vivió de cerca, en su residencia de Manhattan, los atentados contra las Torres Gemelas y ello le hizo romper el silencio guardado durante años después de ejercer como periodista de guerra.

El resultado fue un amplio y polémico artículo titulado 'La rabia y el orgullo' (pdf), que fue publicado después, en 2002, como libro y que dividió a sus propios seguidores. En él describe al Islam como opresivo y a los inmigrantes árabes en Europa como sucios e intolerantes.

Desde entonces, Fallaci criticó a Occidente por ser demasiado "débil" ante el mundo musulmán. Defensora del término 'Eurobia', que explicaba como una nueva situación geopolítica en la que la cultura dominante en Europa ya no sería la occidental, sino la islámica, se había erigido como una de las mayores críticas del islamismo radical.

En 2004, publicó otro libro, 'La fuerza de la razón', que profundizaba en las mismas críticas contra el Islam y el fundamentalismo.

"Nuestro primer enemigo no es Bin Laden ni Al Zarqaui, es el Corán, el libro que los ha intoxicado", dijo en una entrevista en EL MUNDO en septiembre de 2005.

Tanto 'La rabia y el orgullo', como 'La fuerza de la razón' y otra obra más, 'El apocalipsis', pueden encontrarse en España editados por La Esfera de los Libros.
Entrevistas y novelas

La periodista marcó su rumbo durante la Segunda Guerra Mundial al unirse a la resistencia antifascista, y luego siguió mostrando su valentía como corresponsal de guerra.

En los años 70 y 80 se consagró como una de las entrevistadoras más osadas del mundo. Entre los líderes mundiales con los que habló estaban: el presidente de la Autoridad Palestina, Yasir Arafat, la primera ministra de Israel, Golda Meir, al ayatolá Jomeini y el secretario de Estado estadounidense Henry Kissinger.


Kissinger llegó a escribir de ella que su entrevista había sido "la más desastrosa conversación individual jamás sostenida" que tuvo con un miembro de la prensa después de que Fallaci lo azuzara hasta conseguir que el dirigente aceptara reconocer que la guerra de Vietnam fue "inútil".

La modestia nunca fue precisamente una virtud de Fallaci, quien atribuía su brillantez a su personalismo. "Cada entrevista es un retrato de mí misma", declaró al semanario 'Time' cuando aún estaba en activo: "Son una extraña mezcla de mis ideas, mi temperamento, mi paciencia y todo esto guía las preguntas".

Sus libros de aquellos años, resultado de su vasta experiencia, nada tenían que ver con sus últimas expresiones de rabia. Entre sus novelas, 'Un hombre', que contaba la historia de Alekos Panagoulis, un héroe de la resistencia griega y su amante en los 70 (tras una entrevista); 'Inshallah', publicado en 1990, que novelaba la historia de las tropas italianas en el Líbano. Sus best-seller incluyen 'Entrevista con la historia', un clásico del periodismo con sus grandes conversaciones con políticos y actores, y 'Si el sol muere', sobre la exploración espacial de Estados Unidos.

Desde los 90, permaneció lejos del periodismo y en absoluto silencio, aislada y sola en su casa de Manhattan, entre otras cosas por su lucha contra el cáncer de pecho. Decía que únicamente se movería por entrevistar a Osama bin Laden.

Entre sus controvertidas pero nunca ignoradas opiniones, Fallaci consideraba que Bush recuperó el orgullo estadounidense y que Zapatero se había plegado a presiones del 'lobby' homosexual pagando su voto con la regularización del matrimonio gay.
Sobre el cáncer y la muerte

Las exequias de Fallaci se celebrarán, por expreso deseo suyo, en la más estricta intimidad, según señalaron sus familiares.

Muy pocos sabían que Fallaci había regresado de Estados Unidos, donde residía de manera estable, según indicaron medios locales.

En el libro publicado en 2004 'Oriana Fallaci entrevista a Oriana Fallaci', analizaba el "cáncer moral que devora a Occidente" y su propia enfermedad. Escribió que le acechaba la muerte y que tenía "algún anticuerpo en el cerebro, pero no mucho tiempo que vivir y sí muchas cosas todavía por contar".

Fallaci aseguraba que no tenía miedo a la muerte y que lo que sentía era "una especie de melancolía. Me desagrada morir, sí, porque la vida es bella, incluso cuando es fea".
El pasado mes de julio Fallaci recibió en España el Premio Luca de Tena, aunque no pudo estar presente para recogerlo y en diciembre 2004 recibió en Italia la medalla de oro como "benemérita de la cultura".

LA RABIA Y EL ORGULLO


Con este extraordinario relato, Oriana Fallaci
rompe un silencio de décadas. La más célebre
escritora italiana vive gran parte del año en
Manhattan totalmente aislada. Pero el destino
quiso que, el 11 de septiembre, el Apocalipsis
se abriese a poca distancia de su casa. En estas
páginas plasma qué sintió. Ideas fuertes.
Ideas para razonar y reflexionar.

http://www.elmundo.es/especiales/2001/09/internacional/ataqueusa/oriana.pdf


TLATELOLCO 02 DE OCTUBRE 1968 NO SE OLVIDA



GENOCIDIO IMPUNE
REPORTAJE CENTRAL
Enero 2002

Méjico, 1968:
Matanza en la Plaza de las Tres Culturas (Tlatelolco)

Méjico, 2 de octubre de 1968. Diez días antes del inicio de los Juegos Olímpicos, el gobierno de Gustavo Díaz Ordaz liquida a sangre y fuego la revuelta estudiantil, entre 300 y 500 jóvenes mueren masacrados por disparos del Ejército en la Plaza de Tlatelolco, también conocida como Plaza de las Tres Culturas. Más de 6.000 son detenidos.

Durante los últimos 33 años, los diferentes gobiernos del PRI mantuvieron la tesis oficial de que fueron los estudiantes quienes iniciaron los tiroteos con francotiradores colocados en los edificios de la plaza. Esa versión fue rebatida por muchos de los protagonistas e investigadores, los testimonios hablaban de lo contrario: de agentes provocadores infiltrados, de gente vestida de civil con guante blanco en la mano izquierda que iniciaron el fuego indiscriminado.

Las fotografías, proporcionadas por un informante anónimo a la corresponsal en Madrid de la Revista mejicana «Proceso», constituyen una prueba inédita e irrefutable de lo que era un secreto a voces: la matanza de Tlateloco fue un sangriento crimen de Estado. Muestran por primera vez las caras de los verdugos, y la acción de los hombres del guante blanco del Batallón Olimpia (siempre negada por el gobierno) así como la perfecta coordinación de éstos con el Ejército. Según el informante, las fotos fueron tomadas por un fotógrafo del gobierno lo cual pone de manifiesto la convicción de total impunidad con que actuaron los verdugos que dejan ser retratados; pero también demuestran que en los archivos oficiales del Estado mejicano debe existir la documentación más que suficiente para conocer las responsabilidades y hacer justicia.

Una vez más, la lucha contra la impunidad en un país hispano puede contribuir no sólo a saldar la deuda pendiente con las víctimas y juzgar a los responsables de los crímenes de Estado; sino a destapar las tramas de la sangrienta represión que en Iberoamérica acaba siempre concluyendo en algún despacho oficial de los EEUU.

Fotos inéditas de la represión

En la serie de fotografías publicadas en la revista Proceso y en el diario El Mundo aparece cómo los estudiantes detenidos fueron torturados por los paramilitares y el Ejército. La secuencia se desarrolla en los sótanos del Edificio Chihuahua, situado en la plaza y recogen la detención y tortura de los líderes estudiantiles integrantes del Comité Nacional de Huelga.




Las fotografías constituyen una prueba irrefutable de que la matanza de Tlatelolco fue un crimen de Estado. Los verdugos se dejaron retratar convencidos de que sus crímenes quedarían impunes


Las pruebas documentales del reportaje gráfico demuestran que en los archivos oficiales del gobierno han de existir pruebas más que suficientes para esclarecer los hechos y encausar a los responsables
La brutañlidad de los paramilitares obliga a poner a algunos detenidos en manos de los sanitarios. Los torturadores se muestran insultantemente alegres y satisfechos de su trabajo

Los colocan semidesnudos contra la pared, y luego de frente de tres en tres para ser fotografiados




Los indivíduos que aparecen vestidos de civil, con guante blanco en la mano izquierda y armas automáticas, son miembros del Batallón Olimpia, un temido grupo paramilitar dependiente del ministerio de Gobernación y Defensa. El guante blanco les servía como salvoconducto para identificarse ante el ejército. Al fondo se agolpan los detenidos


Se han detenido en golpear especialmente a uno de ellos. Es un representante estudiantil que actuó como primer orador del mítin.


Los detenidos, golpeados y torturados por los paramilitares, son conducidos después a manos del ejército en la planta baja del edificio.


La brutañlidad de los paramilitares obliga a poner a algunos detenidos en manos de los sanitarios. Los torturadores se muestran insultantemente alegres y satisfechos de su trabajo



Testimonio de la familia de una de las víctimas:
Romper el silencio

Diana Rivera es hermana de una de las víctimas de Tlatelolco, su hermano Guillermo (Chomy) era un adolescente de 15 años en el momento de ser abatido y muerto por tres impactos de bala. Asistió al mitin de Tlatelolco sin pertenecer a ninguna organización.

Ella también se dirigía hacia allí: «Sin embargo, ya no pudimos entrar a la plaza. Los soldados habían bloqueado la zona y nosotros nos quedamos atrás de los tanques. Unos jóvenes que huían nos dijeron: ÔEstán matando a todo mundoÕ. No había necesidad de que nos lo dijeran; nosotros escuchábamos los disparos y olíamos la pólvora.

Pensamos en ese momento que la represión era más selectiva, que sólo se disparaba contra los dirigentes. No imaginábamos que el tiroteo fuera contra el grueso del mitin». Su hermano cayó herido de muerte tras los primeros disparos, supieron que lo habían trasladado a un hospital militar y que allí falleció, persiguieron a la ambulancia que transportaba el cadáver: «Aquella persecución fue una pesadilla, no sabíamos adónde llevaban el cuerpo.

Seguimos a la ambulancia que entró finalmente al edificio del Servicio Médico Forense. Allí vi una de las cosas más espantosas de mi vida: las planchas eran insuficientes, por lo que estaban repletas de cadáveres amontonados, unos encima de otros. Había cuerpos de niños, de niñas, de mujeres embarazadas... Habría algunos 200 cadáveres de gente masacrada. La misma escena cuya foto vi después publicada en la revista ¿Por qué?, que dirigía Mario Menéndez. Esa foto yo la viví. Yo vi esa escena».

Una mentira a cambio del cadáver «Los familiares de las víctimas estábamos apiñados en el vestíbulo del Médico Forense, en la puerta había muchos soldados y policías. Era difícil encontrar un espacio para sentarse. Familias completas llorando; hombres, mujeres, niños. Ahí, en el Médico Forense, nos dijeron que solamente podíamos sacar el cadáver de mi hermano si testimoniábamos, en el acta de defunción, que había muerto por otra causa. Teníamos que elegir: decir una mentira para poder llevarnos el cuerpo, o bien, quedarnos sin él por insistir en la verdad.

No nos quedó más alternativa que dejar asentado que mi hermano murió por otras causas, ahorita ya ni recuerdo cuáles. Llevamos el cuerpo a un pequeño velatorio empezó a llegar gente: amigos, estudiantes de la vocacional que eran todavía unos niños. Llegó también una delegación del movimiento estudiantil. Nos ofrecieron 500 pesos que habían juntado en una colecta. No los aceptamos. Les dijimos que los guardaran para el movimiento.

Ellos hicieron guardia ante el ataúd.» Diana considera que será imposible investigar los hechos basándose en actas ministeriales o en certificados de defunción, puesto que en aquel entonces los familiares fueron obligados a poner otras causas de las muertes. «Más que por las actas, la investigación tendría que guiarse por testimonios de los familiares de las víctimas. Pero entre nosotros nunca hubo contacto. No había esa conciencia del derecho que hay ahora.

Y era tal el miedo a la represión, que los familiares prefirieron callar. Hoy es difícil imaginar el ambiente de terror que había en aquella época, cuando uno podía ser fuertemente reprimido por el solo hecho de asistir a una marcha.» Su esposo Daniel Molina indica que en los días posteriores a la matanza se vivía «un total estado de sitio», por lo que era imposible que los estudiantes realizaran reuniones o asambleas. «Todavía después del 2 de octubre a un compañero lo mataron por hacer una pinta.

Lo mataron por la espalda, en la colonia Obrera. El shock psicológico que sufrió mucha gente fue tan grande, que muchos prefirieron olvidar los sucesos, desterrarlos definitivamente de su mente y creer la versión oficial del gobierno. Muchísima gente tuvo esa reacción. De manera increíble se había esfumado aquella solidaridad y apoyo al movimiento de los estudiantes.»

Crónica del 68

Las movilizaciones llegaron a agrupar a más de 180.000 personas, pese a estar amenazadas por blindados del Ejército. La matanza del 2 de Octubre de 1968 vino precedida de una escalada de enfrentamientos y se enmarcaba en un ascenso de luchas y organización del pueblo mejicano; los estudiantes incluyen en sus reivindicaciones la lucha por las libertades y la denuncia de leyes y actuaciones represivas que impunemente llevan a cabo las fuerzas policiales.

El movimiento se va organizando y radicalizando ante la brutal represión. A finales de Julio, unidades del Ejército mejicano, ante la incapacidad de la policía son utilizadas para reprimir las manifestaciones estudiantiles. La tropa permanece en estado de alerta. La línea oficial del gobierno acusa al movimiento de influencias «extranjeras comunistas», pero las movilizaciones siguen en aumento.

Las manifestaciones congregan a más de 180.000 personas, y junto a los estudiantes caminan ya trabajadores mejicanos. La CIA y el FBI están en el punto de mira de las denuncias del movimiento estudiantil, acusan a algunos profesores y estudiantes de trabajar para ellas. Se forma un Consejo Nacional de Huelga, se comienza a elaborar una lista de estudiantes desaparecidos que integra 25 nombres y se celebran marchas de los estudiantes que han de recorrer las calles junto a los carros blindados; todos los efectivos policiales y varios batallones del Ejército se han puesto en alerta, pelotones de infantería, ametralladoras... la embajada de EEUU la custodian dos pelotones y diez carros blindados.

El 18 de Septiembre el Ejército ocupa la Universidad las personas detenidas en esas fechas suman 1.600 y se sigue empleando a los soldados. La masacre El 2 de Octubre se convoca un mitin en la Plaza de las Tres Culturas. Lo que reclaman los estudiantes es democracia: la derogación de un artículo del Código Penal, el llamado delito de opinión, la libertad de varios presos políticos, la destitución del jefe de la policía y el diálogo público entre el Gobierno y los estudiantes. Ya habían sufrido la represión, las detenciones y denunciaban la existencia de secuestrados y desaparecidos.

La plaza comienza a llenarse, acuden también muchos obreros, niños, mujeres, que muestran su simpatía hacia las reivindicaciones del movimiento, pero los carros blindados del Ejército convierten el lugar en una ratonera, cuando comenzaron los disparos nadie podía escapar de allí. El gobierno intentó ocultar el número de víctimas, la prensa extranjera habló de 500 muertos. Sus familiares se vieron obligados a certificar otras causas de defunción para poder recuperar los cadáveres.

La censura se volvió férrea. Hubo 6.000 detenidos, 2.000 fueron encarcelados, algunos de ellos durante varios años; sin juicio, o con procesos amañados y sin garantía alguna de defensa. El gobierno culpó a «elementos nacionales y extranjeros», los acusó de terroristas y desencadenó una brutal represión que obligó a muchos a exiliarse o abandonar la universidad y que se extendió durante los años posteriores.

La mano del Imperio

La lucha contra la impunidad no es una batalla del pasado, la mano del Imperio sigue estando detrás de las agresiones contra la libertad en cada rincón del planeta

La historia de Méjico ha sentido muy de cerca la vecina presencia de los EEUU. En el siglo XIX, la mitad de su territorio le fue arrebatado tras sucesivas guerras e invasiones. La intervención norteamericana ha sido constante y durante varias décadas sus servicios secretos se concentraron en la persecución y eliminación de líderes y movimiento revolucionarios.

El periódico mejicano Excelsior, publicó hace unos meses las conclusiones de un informe de la CIA, fechado en 1975, según el cual el presidente mejicano Gustavo Díaz trabajaba en total sintonía con la CIA desde que ocupó el cargo de ministro de gobernación. La agencia norteamericana presentaba informes diarios a Díaz para la eliminación de líderes revolucionarios.

En el reportaje de Excelsior también se da cuenta de la participación directa de la CIA y el FBI en el clima de terror creado en 1968: «Quien sí intervino en los sucesos de 1968, además de la CIA fue nada menos que el FBI. En 1968 la actividad terrorista del FBI se intensificó como parte de una ampliación de las operaciones de contrainteligencia en México y, según memorándum de Hoover fechado ese año y enviado al agregado jurídico: «es imperativo preservar a toda costa su cobertura, aunque se tenga que abandonar el plan de intimidación de líderes subversivos».

El movimiento estudiantil denunció sistemáticamente la intervención de agentes infiltrados que trabajaban para la CIA; durante esos años fueron constantes las desapariciones, los secuestros y el ametrallamiento de jóvenes a la salida de los colegios universitarios desde coches camuflados que actuaban con total impunidad; a ciencia cierta que muchos de ellos eran del FBI.

Deben conocerse todos los documentos que implican no sólo a los altos cargos del corrupto régimen del PRI, sino a los responsables últimos de Washington. La lucha contra la impunidad de los crímenes habidos en toda Iberoamérica ha de seguir avanzando hasta destapar todas las tramas que EEUU ha extendido para imponer el terror como método imprescindible en la expansión de su imperio. Pero nadie debe engañarse, esta no es una batalla del pasado para hacer justicia con las víctimas; la mano negra del Imperio sigue medrando hoy en cada rincón del planeta y lo seguirá haciendo hasta que la lucha de los pueblos por la libertad y la justicia los ponga a buen recaudo.

Beatriz Muñoz