lunes, 23 de noviembre de 2009

LA MUERTE TIENE PERMISO EN CHIHUAHUA



Antonio González Díaz

23/11/2009

El secretario de Gobernación, Fernando Gómez Mont, atribuyó la ola de violencia por la que actualmente atraviesa Ciudad Juárez, Chihuahua, a “la apertura que le dieron algunos sectores sociales a los negocios lícitos del crimen organizado”. No cabe duda que el secretario sólo abre la boca para decir estupideces. Nuevamente Gómex Punk lanza una de sus frases célebres sin tener conocimiento de causa, como su famoso “aquí los esperamos, métanse con la autoridad” que vociferó en Morelia contra “La Familia Michoacana”.

Las afirmaciones del secretario de Gobernación lastiman a la sociedad juarense que se parte el lomo diariamente para tratar de vivir dignamente con el producto de su trabajo honesto, lícito.

“La sociedad se dio cuenta de que había abierto las puertas a personas que hoy amenazan sus propios hogares” afirmó Gómex Punk. Pero no sabe que a la sociedad juarense no le quedó de otra ante la inacción de sus autoridades, ante el descuido de sus munícipes y gobernadores, ante la corrupción de sus cuerpos policíacos, dirigidos por el PAN y el PRI, que no se nos olvide.

A la sociedad juarense la acorralaron los grupos delictivos, porque no hubo, había, ni hay de otra.

Y aquí impera la ley de “los malos”, y en el fuego cruzado de las tres “pandillas” que se pelean el poder, es decir, los dos grupos delictivos y las propias autoridades, se encuentra la sociedad no sólo juarense sino de todo Chihuahua.

Gómex Punk debió atribuir la ola de violencia por la que actualmente atraviesa Juárez a la apertura que le dieron, no sólo los sectores sociales, sino también los políticos, policiacos y judiciales, tanto municipales, como estatales y federales, al crimen organizado.

Ahora, en un acto golondrino, adelantan ante medios extranjeros que vendrán a Ciudad Juárez a recomponer el tejido social, como lo hicieron hace años en la administración del Presidente Vicente Fox, cuando vinieron en helicópteros con bombo y platillo; cuando el otrora Secretario de Gobernación Santiago Creel presentó el plan de 30 puntos para resarcir ese famoso tejido social.

Vinieron y presentaron una Fiscalía Especial y una Comisión para prevenir y erradicar la violencia contra las mujeres. Y no pudieron hacer nada. No quisieron hacer nada.

Aquí la sociedad sigue igual o peor, las mujeres siguen siendo asesinadas y las expectativas de vida siguen siendo la misma porquería.

Ni Ciudad Juárez ni Chihuahua admiten una mentira más, ni Ciudad Juárez, ni Chihuahua, ni sus ciudadanos honestos, ni sus niños aún con pocas ilusiones aguantan otra promesa más. Qué le pueden decir a aquellos que se enfrentan con la muerte en sus calles, a quienes ven la sangre en sus paredes y escuchan las detonaciones a un lado de sus ventanas, o aquellos que han caído en el fuego cruzado.

A ninguno de ellos les podemos decir que fueron ellos mismos quienes desataron esta ola de violencia que sufren y que viven a cada instante. A ellos no les podemos decir eso. Por decencia, por honestidad y por un acto de sinceridad no les podemos mentir.

Mientras que por un lado se desgarran las vestiduras por la creación de “brigadas blancas” en San Pedro Garza García, Nuevo León, y se afirma que la ley no puede tomarse por la propia mano, en Nuevo Casas Grandes y la comunidad LeBarón de Chihuahua, el propio Ejército recomendó a la comunidad armarse e instruirse en el uso de armamento. Hasta se recomendó formar clubes de cacería para poder portar armas de mayor calibre. Y las consecuencias ya se vivieron luego de la ejecución de un grupo de militares que irrumpió en la comunidad mormona.

La muerte tiene permiso en Chihuahua, mientras que en el resto del país está mal visto. Total, la sociedad tiene la culpa pues, a decir de los golondrinos rijosos, fueron sus miembros quienes abrieron la puerta a la delincuencia.

Ciudad Juárez tuvo la culpa de la muerte de sus mujeres, por lo “provocador” de su vestimenta y las costumbres que adoptaron que “formaban un sentimiento de desprecio hacia ellas por parte de los hombres”.

Ahora también quieren llegar a decir que la sociedad tiene la culpa de lo que pasa. No, no, no. Ahora si no toleraremos que nos quieran engañar. No señores, no aceptaremos que se vengan a lavar las manos aquí mismo. Ni la gente de Juárez, ni la gente de Chihuahua vendieron la plaza. Fueron ustedes quienes les dieron el empujón a este abismo del cual aun no hallan el fondo. Fueron ustedes quienes se corrompieron ante el crimen organizado y en su afán por hacerse de más y más dinero y poder empinaron a todos los que viven en ese desierto de esperanza.