viernes, 11 de diciembre de 2009

Violencia por lucha antinarcóticos mantendrá el mismo nivel en el 2010: Stratfor



Violencia por lucha antinarcóticos mantendrá el mismo nivel en el 2010: Stratfor
Por: Redaccion | 11-Dic-2009 18:26

Continuación del análisis de los diversos cárteles del narcotráfico por parte de la empresa de seguridad internacional Stratfor Global Intelligence, así como del impacto de sus operaciones en el territorio nacional y la guerra que contra ellos ha emprendido el gobierno mexicano con el uso de la fuerza militar y el debate actual de los distintos sectores sobre el papel del Ejército y las denuncias en su contra por presuntas violaciones a los derechos humanos.

Los cárteles de la droga, según Stratfor, III de III

Cártel de Sinaloa (continuación)

El conflicto en Ciudad Juárez y el estado de Chihuahua en general entre el Cártel de Sinaloa y la organización de Vicente Carrillo Fuentes, también conocida como Cártel de Juárez, ha sido indudablemente el principal foco de atención del primero a lo largo de este año. El conflicto ha resultado esencialmente un empate entre las dos organizaciones conforme luchan por el control de la lucrativa plaza de Juárez.

El Cártel de Sinaloa mantiene todavía una presencia significativa a lo largo del territorio de la costa del Pacífico y la Sierra Madre Occidental. Aunque la violencia ha disminuido significativamente entre este grupo y el de los Beltrán Leyva, la superposición de la geografía dominada por los dos continúa generando algunos conflictos, particularmente en el estado de Sinaloa. El Cártel de Sinaloa también se ha mantenido activo en Centro y Sudamérica durante el 2009, dados los intentos por ejercer un gran control sobre el flujo de armas y narcóticos de Sudamérica a México.

Organización de Vicente Carrillo Fuentes/Cártel de Juárez

Esta organización tiene su base en la norteña Ciudad Juárez, estado de Chihuahua. El cártel es liderado por Vicente Carrillo Fuentes, quien se hizo cargo a partir de 1997, tras la muerte de su hermano y fundador del cártel, Amado Carrillo Fuentes. A lo largo del 2009, el Cártel de juárez ha mantenido una duradera alianza con el de los Beltrán Leyva, que está ayudando a Carrillo Fuentes en su batalla con el Cártel de Sinaloa por el control de esa ciudad fronteriza.

El cártel de Vicente Carrillo Fuentes es otra organización de tráfico de drogas en México que ha venido a menos de manera significativa de pocos años para acá. Este grupo, junto con su brazo armado, La Línea, han estado atrapados en una batalla los pasados dos años con sus exsocios del Cártel de Sinaloa por controlar la lucrativa plaza de juárez. El prolongado conflicto ha cobrado su precio al Cártel de Juárez y lo ha forzado a recurrir a otras actividades criminales para financiar su lucha por el dominio de la región, principalmente el secuestro, el tráfico de personas, prostitución, extorsión y narcomenudeo en el mercado doméstico en México. En su debilitada situación, el Cártel de Juárez ha sido forzado a enfocar casi todos sus esfuerzos en pelear con el Cártel de Sinaloa y no ha sido capaz de proyectar efectivamente su influencia mucho más allá de la gran área de Juárez.

Organización de los Arellano Félix/Cártel de Tijuana

La organización de los Arellano Félix —también conocida como el Cártel de Tijuana— tiene su base en el estado de Baja California, en el noroeste de México, fronteriza con la ciudad estadounidense de San Diego. Con las detenciones de los hermanos Arellano Felix y varios otros miembros de alto rango, las luchas itnernas han causado que la una vez poderosa organización haya sido dividida en dos facciones rivales -una liderada por el sobrino de los Arellano Félix Fernando "El Ingeniero" Sánchez Arellano, y la otra por Eduardo Teodoro "El Teo" García Simental.

Inicialmente García Simental buscó el apoyo del rival Cártel de Sinaloa y se presume que ahora representa a esa organización en el área de Tijuana. Por su parte la facción Sánchez se ha mantenido relativamente inactiva en el 2009. La organización ha sido forzada a diversificar sus operaciones y derivar a otras actividades criminales, como el secuestro, tráfico de personas, prostitución y extorsión.

Esta guerra se debe en parte al creciente escrutinio de las leyes mexicanas después de un extraordinario despunte de la violencia en el 2008 que dejó como resultado más de 100 ejecuciones en una sola semana en el área de Tijuana.Gran parte de la violencia que ha ocurrido en Tijuana en el 2009 ha sido como resultado de choques entre estos dos grupos rivales. No obstante, el índice de violencia en Tijuana ha sido mucho más leve en el 2009 que como lo fue durante lo más álgido del conflicto en el 2008.

Debate sobre la participación de Ejército

Una de las más importantes facetas de la campaña del gobierno de Calderón contra los cárteles de la droga ha sido el despliegue generalizado del personal militar. Mientras los mandatarios previos han usado la milicia sólo para atender operaciones aisladas de combate al narcotráfico, el nivel en que Felipe Calderón ha usado las fuerzas armadas de México en este aspecto no tiene precedentes. Durante el mandato de Calderón, éste ha desplegado más de 35 mil soldados a varias regiones del país para asumir las operaciones antinarcóticos. A causa de esto, en el 2009 se ha observado un creciente debate sobre el rol del Ejército mexicano en esta batalla contra los cárteles.

Las organizaciones locales e internacionales de defensa de los derechos humanos han expresado preocupación sobre un presunto incremento de abusos contra los derechos civiles por parte del personal militar, e incluso la organización estadounidense Human Rights Watch ha incluso fue más al pedirle a la secretaria de Estado Hillary Clinton no certificar el registro de México en derechos humanos, lo cual posiblemente congelaría una porción de los fondos asignados por medio de la Iniciativa Mérida por Estados Unidos para ayudar a México en su campaña antinarcóticos. Incluso miembros del Partido Acción Nacional, al que pertenece Felipe Calderón, han manifestado que es necesario un mejor balance de prioridades entre la guerra contra los cárteles y los derechos civilies de los ciudadanos mexicanos.

El uso sin precedentes de la milicia en la administración de Felipe Calderón se debe en gran parte a la aparentemente sistemática corrupción en las agencias policiacas de todos los niveles de gobierno. Menos propenso a ser presa de la corrupción que esas instituciones, el Ejército es llamado cada vez más a ocuparse de tareas que estarían normalmente bajo la responsabilidad de las corporaciones de seguridad pública, tales como el desarrollo de patrullajes de seguridad y el establecimiento de retenes viales o puestos de revisión en calles y carreteras. Como la milicia se ha hecho cargo de tareas tradicionales de las corporaciones, esto ha significado un contacto más cercano con la población civil y a la vez ha resultado en cada vez más denuncias de violaciones a los derechos humanos, que son objeto de la actrual controversia.

Calderón ha defendido esta estrategia diciendo que la ya larga actuación del Ejército en esta guerra contra los cárteles es sólo una solución temporal y ha tratado de minimizar las críticas involucrando todo lo posible a la milicia. Pero han sido las fuerzas armadas las que han han proporcionado el grueso de la mano de obra en esta tarea, y la coordinación en que las agencias de policía federales -obstaculizadas por la corrupción rampante y un masivo proceso de reformas- no han sido capaces de colaborar.

Calderón está consciente de que lo ideal no es usar a los militares en estas actividades, pero el hecho es que el Ejército sigue siendo la herramienta de seguridad más fiable y versátil actualmente disponible para el gobierno mexicano. Mientras la suprema meta de Calderón es profesionalizar y entregar todas las tareas tradicionales de aplicación de la ley a las policías federales, el Ejército va a ser requerido para ayudar en la guerra de México contra los cárteles en un futuro previsible. El gobierno mexicano no tiene otra opción. Van a pasar años antes que las policías federales tengan la capacidad y el personal requerido para hacerse cargo de la misión que actualmente ha sido asumida por los militares.

El predominio de la violencia

Como se puede ver en el reporte sobre los cárteles en los años reciente, desde los últimos tres meses del 2008 se vio una explosión de la violencia con un dramático incremento en el número de muertes relacionadas con los cárteles en todo México. Los niveles de violencia vistos al final del 2008 han persistido en el 2009 e incluso han empeorado gradualmente en el transcurso del año. Las estimaciones sobre la mortalidad actual por la delinciencia organizada -las muertes relacionadas en México al momento en que este reporte fue escrito aumentaron de 6,900 a más de 7,300. El récord del año previo fue de 5,700 muertes en el 2008.

La geografía de la violencia en México ha permanecido relativamente estática desde finales del 2008 y durante el 2009. Chihuahua, Sinaloa, Guerrero, Michoacán y Baja California fueron los cinco estados más violentos en el 2009 —y todos resultan ser los cinco primeros en términos de violencia en lo que va del periodo de Felipe Calderón-. El estado de Chihuahua una vez más ocupa el lugar más alto de la lista como el estado más violento, con más de 3 mil 200 muertes o aún más en el 2009. y más de 2 mil 100 sólo en Juárez. Los extraordinarios niveles de violencia vistos en Juárez y en todo el estado de Chihuahua pueden ser directamente atribuiblesal conflicto en curso entre el Cártel de Sinaloa y el de Juárez con sus pandillas aliadas.

Los altos nieles de violencia volvieron a los estados de Michoacán y Guerrero en el 2009 debido en gran parte a las crecientes actividades y expansión de la organización de La Familia, que ha efectuado numerosos ataques de gran impacto contra el Ejército y el personal policiaco que opera en Michoacán, así como a sus rivales en la región. Las patrullas de la Policía Federal y el Ejército en la zona frecuentemente se ven objeto de emboscadas y agresiones de pistoleros de La Familia. Los ataques al personal de seguridad comúnmente son seguidos por la captura de algún miembro de alto rango de La Familia.

Mientras las fuerzas de seguridad mexicanas han sido capaces de debilitar y dividir algunos de los más poderosos cárteles, esta disminución del poder de esos grupos en realidad ha generado más violencia, ya que las organizacones se han aprtesurado a retener el control de su territorio o arrebatárselo a otros grupos.

En las últimas décadas la única vez que la violencia entre cárteles disminuyó fue durante periodos de estabilidad y equilibrio entre los grupos en competencia, y las operaciones antidrogas del gobierno mexicano no permiten ya tal estabilidad y equilibrio. Esto significa que lo único que podemos esperar es ver que el alto nivel de violencia continúe entre el gobierno y los cárteles, y entre los mismos grupos rivales, a lo largo del próximo año.