jueves, 25 de marzo de 2010

Ratzinger ocultó abusos de un cura a 200 niños sordos


Ratzinger ocultó abusos de un cura a 200 niños sordos
Nueva York, EE.UU. 25 de Marzo de 2010 (20Minutos/NYTimes) | Por Oscar De Madrid
Joseph Ratzinger, actual cabeza de la Iglesia Católica

Joseph Ratzinger, actual cabeza de la Iglesia Católica

Las máximas autoridades del Vaticano, incluido el entonces futuro Papa Benedicto XVI, encubrieron a un sacerdote estadounidense que abusó sexualmente de unos 200 menores sordos, según documentos obtenidos y revelados este jueves por The New York Times.

La correspondencia interna de obispos en Wisconsin directamente al cardenal Joseph Ratzinger, el futuro Papa, muestra que mientras los responsables eclesiásticos discutieron sobre la expulsión del cura, la prioridad mayor fue proteger a la Iglesia del escándalo, asegura el diario.

Los documentos proceden de la causa judicial abierta contra el reverendo Lawrence C. Murphy, que trabajó durante más de 20 años, entre 1950 y 1974, en una escuela para niños sordos de Wisconsin. El arzobispo de Milwaukee en 1996, Rembert G. Weakland, envió dos cartas informando de ello, sin obtener respuesta, al cardenal Ratzinger, que entonces dirigía la Congregación para la Doctrina de la Fe (antes llamado “Tribunal de la Inquisición”), encargada de estudiar esos casos.

Después de ocho meses, el segundo responsable al frente de la doctrina oficial católica, el cardenal Tarsicio Bertone, actualmente secretario de Estado del Vaticano, ordenó a los obispos de Wisconsin iniciar un juicio canónigo secreto que podría haber terminado con al expulsión de Murphy del sacerdocio. Sin embargo, Bertone paró el proceso después de que Murphy escribiese personalmente a Ratzinger diciéndole que ya se había arrepentido y que estaba enfermo. “Sólo quiero vivir el tiempo que me queda en la dignidad de mi sacerdocio”, afirmaba el cura en la carta que envió al futuro Papa cuando ya se encontraba próximo a la muerte, que ocurrió en 1998.

“Solicito su bondadosa ayuda en este asunto”, añadía. Murphy nunca fue juzgado o sancionado por la Iglesia e incluso la Policía y los fiscales hicieron caso omiso a las declaraciones de las víctimas, según los documentos en poder de The New York Times, que los obtuvo de los abogados de cinco hombres que demandaron a la Archidiócesis de Milwaukee.

En 1974, el sacerdote fue trasladado por el arzobispo William E. Cousins de Milwaukee a la Diócesis de Superior, en el norte de Wisconsin, donde pasó sus últimos 24 años trabajando con niños en colegios, iglesias parroquiales y en un centro de detención juvenil, según el diario. The New York Times cita al portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, que reconoció que era un caso “trágico”, pero añadió que el Vaticano no fue informado hasta 1996, años después de que las autoridades civiles investigaran y cerraran el caso.

El miércoles se conició además que el Papa había aceptado la dimisión de otro obispo irlandés por abusos a menores.
Dimitió otro obispo irlandés

El Papa Benedicto XVI ha aceptado este martes pasado la dimisión del obispo irlandés John Magee, que ha sido acusado de mala gestión por los casos de abuso sexual en su diócesis de Cloyne, al sur de Irlanda, según ha confirmado el Vaticano a través de un comunicado.

La nota precisa que el motivo de la renuncia es el indicado en el punto 401.2 del Código de Derecho Canónico, en el que “se ruega encarecidamente al obispo diocesano que presente la renuncia de su oficio si por enfermedad u otra causa grave quedase disminuida su capacidad para desempeñarlo”. Magee, de 73 años, trabajó en el pasado en Roma como secretario personal de los pontífices Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II. En 1987 fue nombrado obispo de Cloyne por Juan Pablo II.

Tras conocer que Benedicto XVI había aceptado su dimisión, Magee ha pedido “sinceramente perdón” a todas las personas que han sufrido abusos por parte de sacerdotes durante los años en que él era obispo de Cloyne. “A todos aquéllos a quienes he fallado de alguna manera o he hecho sufrir a causa de alguna omisión, les pido perdón” y “asumo toda la responsabilidad” de los errores cometidos en relación a este tema, añadió.

En realidad, Magee presentó su dimisión y se apartó del Gobierno de la diócesis hace un año, como consecuencia de la publicación de un informe en el que se le acusaba de no haber adoptado las medidas necesarias contra al menos dos sacerdotes pedófilos.

La denuncia sobre estos escándalos había sido presentada por el National Board for Safeguarding Children in the Catholic Church in Ireland (NBSC) y es independiente de los informes gubernamentales Ryan y Murphy, que son los que provocaron la grave crisis que está viviendo la Iglesia irlandesa en estos momentos.

Desde que estalló el escándalo, ya han presentado su dimisión cinco obispos irlandeses, aunque, por el momento, el Papa sólo ha aceptado la de Magee y la del obispo de Limerick, Donald Brendan Murray.
Nueva York, EE.UU. 25 de Marzo de 2010 (20Minutos/NYTimes) | Por Oscar De Madrid
Joseph Ratzinger, actual cabeza de la Iglesia Católica

Joseph Ratzinger, actual cabeza de la Iglesia Católica

Las máximas autoridades del Vaticano, incluido el entonces futuro Papa Benedicto XVI, encubrieron a un sacerdote estadounidense que abusó sexualmente de unos 200 menores sordos, según documentos obtenidos y revelados este jueves por The New York Times.

La correspondencia interna de obispos en Wisconsin directamente al cardenal Joseph Ratzinger, el futuro Papa, muestra que mientras los responsables eclesiásticos discutieron sobre la expulsión del cura, la prioridad mayor fue proteger a la Iglesia del escándalo, asegura el diario.

Los documentos proceden de la causa judicial abierta contra el reverendo Lawrence C. Murphy, que trabajó durante más de 20 años, entre 1950 y 1974, en una escuela para niños sordos de Wisconsin. El arzobispo de Milwaukee en 1996, Rembert G. Weakland, envió dos cartas informando de ello, sin obtener respuesta, al cardenal Ratzinger, que entonces dirigía la Congregación para la Doctrina de la Fe (antes llamado “Tribunal de la Inquisición”), encargada de estudiar esos casos.

Después de ocho meses, el segundo responsable al frente de la doctrina oficial católica, el cardenal Tarsicio Bertone, actualmente secretario de Estado del Vaticano, ordenó a los obispos de Wisconsin iniciar un juicio canónigo secreto que podría haber terminado con al expulsión de Murphy del sacerdocio. Sin embargo, Bertone paró el proceso después de que Murphy escribiese personalmente a Ratzinger diciéndole que ya se había arrepentido y que estaba enfermo. “Sólo quiero vivir el tiempo que me queda en la dignidad de mi sacerdocio”, afirmaba el cura en la carta que envió al futuro Papa cuando ya se encontraba próximo a la muerte, que ocurrió en 1998.

“Solicito su bondadosa ayuda en este asunto”, añadía. Murphy nunca fue juzgado o sancionado por la Iglesia e incluso la Policía y los fiscales hicieron caso omiso a las declaraciones de las víctimas, según los documentos en poder de The New York Times, que los obtuvo de los abogados de cinco hombres que demandaron a la Archidiócesis de Milwaukee.

En 1974, el sacerdote fue trasladado por el arzobispo William E. Cousins de Milwaukee a la Diócesis de Superior, en el norte de Wisconsin, donde pasó sus últimos 24 años trabajando con niños en colegios, iglesias parroquiales y en un centro de detención juvenil, según el diario. The New York Times cita al portavoz del Vaticano, Federico Lombardi, que reconoció que era un caso “trágico”, pero añadió que el Vaticano no fue informado hasta 1996, años después de que las autoridades civiles investigaran y cerraran el caso.

El miércoles se conició además que el Papa había aceptado la dimisión de otro obispo irlandés por abusos a menores.
Dimitió otro obispo irlandés

El Papa Benedicto XVI ha aceptado este martes pasado la dimisión del obispo irlandés John Magee, que ha sido acusado de mala gestión por los casos de abuso sexual en su diócesis de Cloyne, al sur de Irlanda, según ha confirmado el Vaticano a través de un comunicado.

La nota precisa que el motivo de la renuncia es el indicado en el punto 401.2 del Código de Derecho Canónico, en el que “se ruega encarecidamente al obispo diocesano que presente la renuncia de su oficio si por enfermedad u otra causa grave quedase disminuida su capacidad para desempeñarlo”. Magee, de 73 años, trabajó en el pasado en Roma como secretario personal de los pontífices Pablo VI, Juan Pablo I y Juan Pablo II. En 1987 fue nombrado obispo de Cloyne por Juan Pablo II.

Tras conocer que Benedicto XVI había aceptado su dimisión, Magee ha pedido “sinceramente perdón” a todas las personas que han sufrido abusos por parte de sacerdotes durante los años en que él era obispo de Cloyne. “A todos aquéllos a quienes he fallado de alguna manera o he hecho sufrir a causa de alguna omisión, les pido perdón” y “asumo toda la responsabilidad” de los errores cometidos en relación a este tema, añadió.

En realidad, Magee presentó su dimisión y se apartó del Gobierno de la diócesis hace un año, como consecuencia de la publicación de un informe en el que se le acusaba de no haber adoptado las medidas necesarias contra al menos dos sacerdotes pedófilos.

La denuncia sobre estos escándalos había sido presentada por el National Board for Safeguarding Children in the Catholic Church in Ireland (NBSC) y es independiente de los informes gubernamentales Ryan y Murphy, que son los que provocaron la grave crisis que está viviendo la Iglesia irlandesa en estos momentos.

Desde que estalló el escándalo, ya han presentado su dimisión cinco obispos irlandeses, aunque, por el momento, el Papa sólo ha aceptado la de Magee y la del obispo de Limerick, Donald Brendan Murray.